“Se llevaron todo y nadie vio nada”: indignación por robo en el Éxito de la 80

Una familia ibaguereña vivió una angustiosa situación este miércoles tras ser víctima de un millonario hurto en el parqueadero del almacén Éxito, sede de la calle 80. El robo ocurrió a plena luz del día, en una zona cercana al personal de vigilancia, pero sin respuesta oportuna ni imágenes de cámaras de seguridad que permitan esclarecer lo sucedido.

El hecho ocurrió hacia la 1:30 de la tarde, cuando Pedro Olarte Torres y su familia dejaron su vehículo estacionado en la zona reservada para personas con discapacidad, debido a la condición médica del padre. “Mi papá sufre de azúcar y tiene problemas para caminar. Siempre lo dejamos ahí, ubicado entre El Merengón y el local de productos para el cabello”, relató Liliana, una de las víctimas.

 

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Minutos después de ingresar al almacén, uno de los familiares salió de nuevo al vehículo y se encontró con el panorama desolador. “Cuando salí porque necesitábamos uno de los papeles, el carro estaba pitando y pues, cuando yo lo abro y todo, estaba todo vacío”, narró.

Según denunciaron, los delincuentes se llevaron tres celulares, documentos personales, maletines de trabajo, dinero en efectivo, tarjetas bancarias y documentación relacionada con una menor con condición cognitiva. También fue sustraída la billetera del padre de familia, con su licencia de conducción y los papeles del vehículo.

Negligencia e indiferencia del almacén

El vehículo se encontraba a escasos metros del vigilante del parqueadero, quien, según los afectados, no se percató de nada. “Le revisamos al vigilante porque quedaba el carro a 10 pasos de él. Él dijo que nunca se dio cuenta. Y con el otro guardia que pasaba, según ellos, el carro no sonó”, agregaron.

La familia pidió revisar las cámaras de seguridad, pero la respuesta fue desconcertante: “Nos dijeron que en ese sector no hay cámaras ni hay nada, entonces no pudieron decir nada”.

La Policía del cuadrante de Picaleña fue llamada al lugar, tomó los datos de las víctimas y se retiró media hora después, sin que se conociera alguna acción de búsqueda inmediata. Para completar el maltrato institucional, los afectados relataron una escena que ilustra el nivel de deshumanización en la atención al cliente: “Mi papá se alteró mucho, quiso entrar al baño y como no se había comprado nada, entonces nos dijeron que había que pagar”.

Mientras tanto, la familia Olarte Torres continúa a la espera de respuestas y solicita ayuda para recuperar sus documentos personales y los medicamentos vitales de uno de sus integrantes.