
Murió Showy, el perro de una familia ibaguereña, tras presunta negligencia en guardería canina
La Fiscalía asumió la investigación tras la denuncia de maltrato animal. Las directivas del lugar se pronunciaron y esperan el resultado de la necropsia.

Escrito por: Yeison Andrés López Castañeda
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Una denuncia por presunta negligencia en el manejo de una emergencia médica ha puesto en el centro de la polémica al hotel canino Popy Resort, en Ibagué, luego de la muerte de Showy, un perro Border Collie, que permanecía alojado allí mientras su familia se encontraba de viaje en el exterior.
El hecho ocurrió el pasado jueves 17 de abril, pero su antecedente se remonta al 8 del mismo mes, cuando Jorge Santofimio y su esposa decidieron dejar al animal bajo el cuidado del establecimiento ubicado en el sector de Buenos Aires. Nueve días después, el perro falleció en condiciones que, según su tutor, aún no han sido debidamente explicadas.
“Lo único que pedimos es la verdad. No queremos dinero ni venganza, solo saber qué le pasó a Showy”, dijo Santofimio en declaraciones a EL OLFATO.
Durante los primeros días, el hotel enviaba fotografías y reportes del estado del animal. Pero el 14 de abril informaron que había sido mordido por otro perro en una de sus patas delanteras, por lo que fue suturado con dos puntos.
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El 17 de abril al mediodía, la familia recibió una foto de Showy con la lengua morada y restos de un producto blanco aplicado en su cuerpo. Una hora más tarde, desde el hotel informaron que el animal tenía fiebre y no quería comer, pero no alertaron sobre la gravedad de la situación. La autorización para llevarlo a una clínica fue solicitada hasta las 3:29 de la tarde, y a las 4:58 de la tarde, les comunicaron que Showy había muerto.
La historia clínica del centro veterinario donde fue atendido da cuenta de que el animal ingresó sin signos vitales, con bradicardia e hipotermia. La hora del deceso fue registrada a las 4:15 de la tarde, es decir, antes de que la familia fuera notificada del traslado.
¿Qué medicamento le suministraron?
Una de las principales preocupaciones de la familia gira en torno a los medicamentos suministrados. En los registros entregados por el hotel, consta que le administraron metronidazol, un antibiótico que, según algunas publicaciones científicas, puede generar reacciones adversas en razas como el Border Collie por condiciones genéticas. "También le aplicaron atropina y dipirona, este último prohibido en varios países para uso humano debido a sus potenciales efectos adversos. No hubo una llamada oportuna, ni se nos pidió autorización para aplicar medicamentos. Nos enteramos tarde y cuando ya estaba crítico”, agregó Santofimio.
La versión del hotel: “No ocultamos nada”
Consultada por este medio, Edna Fernanda Mora, directora de Popy Resort, negó que se haya tratado de un caso de negligencia y aseguró que el hotel ha atendido a más de 9.000 mascotas en sus 10 años de operación.
“Lamentamos profundamente lo ocurrido. Nos hemos puesto a disposición de la Fiscalía y de la familia. El cuerpo fue entregado al CTI y estamos esperando los resultados de la necropsia”, explicó.
Mora sostuvo que el deterioro de la salud de Showy comenzó la mañana del 17 de abril, cuando el perro presentó vómito y temperatura elevada. Aseguró que se trató como un caso de posible intoxicación, dado que el establecimiento se encuentra en una zona campestre donde los animales pueden ingerir elementos del entorno.
“Le dimos tratamiento para una posible infección bacteriana y, cuando vimos que empeoraba, pedimos autorización para trasladarlo”, dijo.
Investigación en curso y presión social
El caso ya fue asumido por la Fiscalía, que se encuentra a la espera del resultado de la necropsia, y ha despertado una oleada de indignación en redes sociales, donde decenas de usuarios piden una revisión rigurosa a los protocolos de atención en hoteles caninos.
Mora, por su parte, denunció una 'campaña de odio' en su contra. “Nos están llamando asesinos, nuestros trabajadores tienen miedo. Nadie en esta empresa se levanta queriendo que un perro muera”, afirmó.
¿Quién regula a los cuidadores?
El caso de Showy pone de nuevo sobre la mesa la falta de regulación efectiva sobre las guarderías caninas y los protocolos médicos en este tipo de establecimientos. Por ahora, mientras la familia espera una respuesta oficial sobre lo que ocurrió con su compañero de cuatro patas, el debate ético y legal sobre el bienestar animal sigue abierto.
“Estos lugares deben contar con un veterinario de planta, convenios con clínicas de respaldo y control del número de animales. Showy no debió morir así”, concluyó su tutor.