Lo que se conoce de la muerte de un joven en restaurante de Ibagué
La muerte de Dago Alberto Díaz, un joven de 26 años que se encontraba estudiando Derecho en la Universidad de Ibagué, ha causado conmoción en la ciudad.
El caso se registró ayer (jueves) sobre las 11:00 de la noche, luego de que él consumiera una cazuela marinera en la sede campestre del Camarón Killero, hasta donde llegó acompañado por su novia, Johana González.
Sobre lo sucedido se han dicho muchas cosas. De acuerdo con lo que ella relató, en medio de su tristeza, todo estaba muy bien mientras comían.
Sin embargo, unos minutos después él le manifestó que se sentía un poco mal, por lo que salió del restaurante a tomar aire.
"Cuando volvió a ingresar, entró colorado y me dijo que se le estaba perdiendo la respiración. Él era una persona que sufría de asma. Utilizaba inhalador, por lo que cogió su bolso y se inhaló cuatro veces, pero me decía que no le daba", señaló.
Indicó que, desesperada por lo que le ocurría al joven, comenzó a gritar para pedir ayuda y una ambulancia, la cual nunca llegó.
"Él se empezó a poner muy rojo porque no tenía oxígeno. Uno de los ayudantes del restaurante le empezó a hacer masajes y a animarlo, diciéndole que no se desesperara para no perder el poco oxígeno que tenía", dijo.
Asimismo, aseguró que luego uno de los trabajadores le pidió que sacaran a Dago del restaurante, pues allí no contaban con primeros auxilios para atenderlo.
Del mismo modo, afirmó que nadie le ayudó a conseguir un taxi, ya que ninguna ambulancia arribaba al lugar.
"Pasaron casi 25 minutos y llegó mi mamá. Lo montamos al carro y él estaba perdiendo los signos vitales. Llegamos a la Clínica Nuestra", mencionó.
Al llegar al centro médico, contó, intentaron reanimarlo durante cuatro minutos, pero él no sobrevivió.
"A las 11:30 nos dieron la noticia de que falleció por intoxicación. Cuando lo fueron a intubar botó toda la cazuela por la naríz y por la boca", lamentó.
No obstante, Jorge Reales, propietario del establecimiento, habló con EL OLFATO y entregó su versión, algo diferente a la de la mujer.
Según lo que relató, tan pronto los colaboradores del establecimiento notaron lo que le sucedía a Dago, se pusieron a disposición para brindarle los primeros auxilios.
"Ninguno es médico y no puede proceder de la manera correcta. Sin embargo, hicieron todo lo posible por ayudarlo. Trajeron el botiquín, le dieron un vaso de agua, él manifestó que era asmático", sostuvo.
"Nosotros tenemos registro de las llamadas, que se hicieron de manera inmediata, a la Policía y la ambulancia. Todos los empleados se pusieron a disposición. Antes la novia estaba en shock, se retiró del muchacho y decía que no lo tocaran", añadió.
De esa manera, coincidió con ella al asegurar que la negligencia estuvo en la llegada del vehículo medicalizado.
"Tenemos los videos donde queda evidenciado que todos los empleados salen corriendo a auxiliar al muchacho. Incluso clientes que estaban también le prestaron el auxilio. La negligencia sí estuvo en la llegada de la ambulancia, que nunca apareció", precisó.
Así, lamentó lo sucedido y mencionó que ya ese material probatorio lo tiene la Fiscalía en su poder, por lo que no puede suministrarlo para no torpedear las indagaciones.
El joven sabía que era alérgico a los camarones
Luego de conocer las dos declaraciones, esta redacción obtuvo un audio en el que un hombre, que sería familiar del joven, manifiesta que él ya había vivido una situación similar, pues era alérgico a este tipo de alimentos.
"Él sufría de asma. Ya le había dado en algún momento, esa vez lo salvaron. Según eso la novia no sabía. Eso es lo que más duele, que haya pedido algo que le hacía daño", expresó.
Además, indicó que horas antes de lo sucedido, Dago Alberto había estado bien en casa de su hermana.
Incluso, dijo que, cuando se enteraron que algo le había pasado, lo último que pensaron fue eso. Creyeron que había tenido una pelea o se había accidentado en su motocicleta.
"Jamás pensamos que era esto", afirmó.
Entre tanto, este medio de comunicación estableció, de acuerdo a lo escuchado en dicha grabación, que el médico que atendió el caso no certificó la muerte, pues debía esperar a que medicina legal entregara su dictamen.