La escritora que convirtió la docencia universitaria en una de sus poesías
Apasionada por la literatura, la escritura y la docencia, Martha Fajardo busca guiar a sus estudiantes de ingeniería, psicología, arquitectura, entre otras carreras, acerca de tener comunicación con claridad y seguir las normas de la escritura académica.
Ella es maestra de las asignaturas de lectura y escritura nivel dos, taller de escritura creativa y tertulia literaria en la Universidad de Ibagué.
Inició en la docencia después de estudiar español en la Universidad Pedagógica de Colombia y literatura en la Universidad Nacional. Estas experiencias la guiaron hacia la docencia universitaria.
“Ser profesor universitario, para mí, es amar profundamente el ser estudiante porque nunca se deja de serlo. Creo que los que escogimos esta carrera somos personas que no quisimos salir de la universidad porque encontramos una manera de ser y una manera de que nuestra vida tuviera sentido”, explicó Martha.
Con esas ideas en mente, trabaja por tener una relación respetuosa, amorosa y firme con sus estudiantes, en la que no solo busque agradarles, sino también formarlos.
“Trato de trabajar con objetivos a mediano y a largo plazo. A largo plazo, busco que ellos entiendan que lo que están aprendiendo lo van a usar en sociedad. A mediano plazo, les enseño a ser organizados”, afirmó.
Del mismo modo, ella considera que la base del aprendizaje es que el estudiante esté motivado y con deseo de aprender, pues sin esto sería imposible tener un intercambio de conocimiento
“Ella es esa clase de profesores que uno dice que es uno en un millón porque difícilmente se vuelven a encontrar en la vida. Es una mujer que te va a enseñar como nadie la literatura y las artes. Además, ella tiene algo que es fundamental en cualquier profesor y es pasión”, aseguró Esteban Leguízamo, exalumno de la docente.
Referente literario
Del mismo modo, ha destacado en su labor docente, pues ha recibido más de 10 reconocimiento por su labor profesional, debido a que su pasión por la escritura la motiva a dar lo mejor de sí.
“La escritura es la mejor tecnología que el hombre se ha inventado porque permite el almacenamiento del conocimiento, de la experiencia humana, de los sueños humanos, de las aspiraciones humanas con un miserable lápiz y una hoja de papel”, aseguró.
Este amor por plasmar ideas en una hoja en blanco la ha convertido en escritora de libros académicos, minificción, cuentos y poesía. Ha escrito obras como: Apocalipsis de María y otros cuentos, y Ciudad Interior.
“He recibido un reconocimiento por parte de Mincultura, gracias a que fui fundadora del Programa relata. Este se encarga de reunir a los talleres de creación literaria de Colombia. Ha generado un impacto muy positivo, muchísimos escritores han egresado de este programa y se han fortalecido entrenado allí”, comentó.
De la misma manera, ha obtenido el Premio de cuento Hugo Ruiz, la exaltación por desempeño destacado en labores académicas en el marco del Día del Educador, entre otros.
Sin embargo, su reconocimiento más importante ha sido la huella que ha dejado en centenares de estudiantes que pasaron por su aula.