La creación como un estilo de vida: el periodista tolimense que cuenta con su propia marca de ropa
La creación se puede concebir como la esencia de la vida. Existen distintas formas y métodos para crear, prácticamente, la sociedad se construyó gracias a esto, pues una idea puede ser ejecutada de distintas formas, como en esta historia.
Durante el transcurso de su vida, Sergio Andrés Quintero descubrió su don para crear desde distintos oficios. Él, como periodista de EL OLFATO retrata historias, denuncias y acontecimientos por medio de su cámara. Sin embargo, esta no ha sido la única forma que ha encontrado para materializar su creatividad.
Las máquinas de coser, telas e hilos son parte importante en su vida, ya que le han permitido crear, específicamente ropa.
Su pasión por la confección lo acompaña desde que era muy joven, siendo esta también una forma de sustento económico para su hogar.
“Mi mamá también desde niña empezó a coser y trabajar en empresas, hasta llegó a ser jefe porque tenía bastante conocimiento. De allí nació mi relación con la confección de ropa ”, recordó Sergio.
Su madre, María Eugenia Morales, aprendió a coser desde los 14 años. Por medio de cursos pudo confeccionar su propio vestido de 15 años.
Las habilidades adquiridas cuando era niña le permitieron ser el sustento económico para su familia, la cual está compuesta por sus hijos, Sergio y Luisa Fernanda, debido a que los dos padres de sus hijos no respondieron por ellos.
Si bien la industria textil le permitió sustentarse, trabajar en la confección no fue fácil para María Eugenia.
“Ella hacía turnos dobles, a veces entre semana entraba a las 6 de la mañana hasta las 2 de la tarde. Iba a descansar un poquito y luego volvía a trabajar de 4 de la tarde a 11 o 12 de la noche”, aseguró Sergio.
Durante sus embarazos, la mujer se dio cuenta cómo era el funcionamiento de las licencias de maternidad y el trato a los operarios en las empresas de confección, puesto a que durante su proceso de gestación no tuvo ni un descanso.
Como menciona Sergio: “No hay quién controle eso, si no se le está saliendo el bebé, usted tiene que trabajar. Allá lo que importa es producir, no hay tratamiento especial con nadie”.
Al evidenciar que a su mamá no le daban descanso ni el día de su cumpleños y que el dinero no alcanzaba para más que cubrir sus necesidades básicas, Sergio inició en el mundo de la confección.
La relación de Sergio con la confección
Como método para ayudar en su hogar, Sergio cosió por primera vez en la máquina familiar a sus 14 años. Las primeras prendas que realizó eran miniaturas, pues las creaba con el propósito de vestir a las muñecas de su hermana y practicar.
Después de mucho ensayo/error, se sintió con la habilidad necesaria para trabajar en una fábrica de forros para control remoto.
“Empecé a trabajar con los forros, pensando en cómo ayudar a mi mamá. Cerca de la casa había una fábrica de confección de forros para control remoto, allá me dieron la oportunidad de llevar la maquinita de mi mamá donde estaba practicando y se le hicieron unos ajustes para poner un motor industrial”, describió.
“El primer día me fue fatal porque todo el trabajo que hice me lo devolvieron por errores. Así que, a mi mamá le tocó quedarse a arreglarlos. De esos errores aprendí y ya incluso después me llamaban a hacer camisas”, añadió.
Con su primer sueldo, ahorró para pagar su libreta militar. Además de ello, su trabajo le permitió cubrir los primeros semestres de ingeniería electrónica que realizó, pero que por sus mismos horarios no pudo culminar.
“Años después aprendí más cosas al ir al trabajo de mi mamá, le ponía cuidado a todo. Entonces conocí sobre todo mirando y ensayando en una maquinita, porque no daba el tope a una máquina industrial, pero permitía que practicará”, describió.
Del mismo modo, menciona que en su trabajo en la fábrica de forros y en la empresa Monarca pudo mejorar en gran medida sus habilidades.
“Me hice amigo de varios diseñadores, aprendí a cortar y a tomar medidas preguntando”, contó.
El Sergio del ahora
Con todos estos conocimientos, en el 2020, decidió crear su propia marca de ropa: Sergio Quintero. Por medio de esta ha permitido³ que decenas de clientes puedan vestir la ropa que desean sin ningún tipo de restricción.
Las personas que viajan a otros lugares del mundo, viven en otras ciudad y hasta los propios ibaguereños evidencian su talento para la costura y le piden que les confeccione prendas de vestir.
En su emprendimiento, Sergio es la cabeza y la mano de obra. La ropa que confecciona las crea por encargo al gusto del comprador. Para él es posible llevar a cabo una camisa sencilla hasta un conjunto entero con jean de pantalones.
Sin embargo, su vida no solo se centra en la creación de prendas, sino que su oficio principal que es ser periodista.
Durante sus años de trabajo en la industria de la confección, pudo estudiar en la Universidad del Tolima la carrera de Comunicación social y periodismo. Esta le permitió conocer otra de sus grandes habilidades: retratar vidas, denuncias y la identidad de una ciudad.
Su talento para la fotografía y el periodismo lo han hecho ganar diversos concursos en estos campos. Para él, su carrera es: "una forma de mostrar historias de vida y superación, porque hay muchas personas que luchan por tener algo poquito, que otros poseen con facilidad".
Este emprendedor busca impactar con su actividad periodística al crear productos que retraten la resiliencia de los ibaguereños, que a pesar de las circunstancias luchan por salir adelante.
En EL OLFATO, este joven es el encargado de la reportería, producción audiovisual y de ser un imán de sonrisas. La creación nunca ha estado alejada de su vida, ya sea con una cámara o unos hilos, crear hace parte de su ser.