Ibal adeuda cerca de $7.000 millones a Cortolima por contaminación en ríos de Ibagué

Un total de $6.900 millones adeuda el Ibal por la contaminación que generan sus vertimientos en los ríos Combeima, Chipalo, Alvarado y Opia de Ibagué.

Así lo dio a conocer la directora de Cortolima, Olga Lucía Alfonso, quien explicó que la millonaria cifra se debe a las 'tasas retributivas' que –por ley– están obligadas a pagar las empresas y Alcaldías que viertan cargas contaminantes sobre fuentes hídricas.

“El Ibal debe cerca de $6.900 millones por la tasa retributiva de 2019, 2020, 2021 y 2022. También los intereses, por no pagar dentro de los plazos. El Ibal es el mayor deudor de la tasa retributiva que tiene Cortolima”, explicó Alfonso.

Luego agregó: “las tasas retributivas las establece la ley como una especie de incentivo para que las empresas de servicios públicos tiendan a disminuir su carga contaminante y para eso hay que hacer inversiones: los colectores, los alcantarillados, las plantas de tratamiento de aguas residuales, reforestación de rondas hídricas”.

Asimismo, sostuvo que estos dineros no son pagados por el Ibal, sino que vienen del bolsillo de los ciudadanos a través de las facturas del servicio de agua.

“Los usuarios han pagado en su factura la tasa retributiva que el Ibal está autorizado a cobrar. Esos ingresos no son del Ibal, son recursos que la ley estableció que deben ser transferidos a las Corporaciones Autónomas Regionales, en este caso Cortolima”, señaló.

Por último, precisó que el Ibal tiene poco más de 180 procesos sancionatorios en trámite en Cortolima y que, en la mayoría de los casos, derivan en multas.

La millonaria deuda del Ibal también es de la Alcaldía de Ibagué. Por eso, algunos en la Administración Municipal dicen que esa cuenta de cobro fue emitida por Cortolima como represalia por la ruptura entre el alcalde Hurtado y el barretismo, grupo político con influencia en la Corporación Autónoma. (Ver: La ruptura entre Óscar Barreto y Andrés Hurtado, y el nacimiento del 'hurtadismo')

La directora de Cortolima negó estos señalamientos y aseguró que su misión es garantizar la disminución de contaminaciones en los ríos de Ibagué.

“No tengo ni idea de rompimientos. Yo tengo la responsabilidad de velar por los recursos de la corporación y la misión de garantizar que no se realizan estas contaminaciones en las fuentes hídricas”, concluyó.