Historia de un secuestro digital: así le arrebataron el trabajo de seis años a un reconocido fotógrafo ibaguereño
Dicen que las fotografías recuerdan lo que la mente olvida, pero: ¿qué pasa si hasta ellas desaparecen? ¿Qué es lo que queda si seis años de trabajo dedicado a las imágenes se esfuman en un par de segundos?
Eso le pasó al ibaguereño Juan Manuel Vargas, quien trabajó catorce años como fotoreportero para el periódico El Tiempo y fue víctima de un hackeo con el cual –a través de un click– le secuestraron su cuenta de Instagram, con todo el registro que había construido en seis años. Este es su relato.
“Yo tenía una cuenta en Instagram personal y de trabajo. Tenía más de 12.000 seguidores y la había construido desde hace más de seis años. Todo mi trabajo estaba ahí: soy fotógrafo y realizador audiovisual. Para mí era una vitrina donde exponer mi trabajo”, contó.
Un mensaje de texto fue una bomba de tiempo, pues lo hizo perder el esfuerzo de años en cuestión de segundos.
“Un domingo recibí un mensaje de texto por WhatsApp, en el cual me hablaban a nombre de Instagram (con todos los íconos, todo se veía real) y donde me advertían que me iban a cerrar la cuenta. Por eso, me ordenaban entrar a un link, y cuando lo hice, perdí”, lamentó.
Y, justo en ese momento, se dio cuenta de que, al igual que un pez, había mordido el anzuelo de los ciberdelincuentes.
“A los pocos minutos, no podía entrar a la cuenta desde mi teléfono. El hacker rápidamente cambió el correo y el teléfono asociados a la cuenta”, explicó.
Además, agregó: “instantes después, recibo otro mensaje por WhatsApp de otro teléfono donde me dicen que si quiero recuperar mi cuenta debo pagar 350 dólares en bitcoins”.
Como si fuera poco, el hacker -insistentemente, llamándolo “amigo” y enviándole gifs- lo amenazó con vender su cuenta a un tercero.
“La persona me siguió escribiendo y descaradamente –diciéndome amigo– me informa que ese es su trabajo y que si no accedo va a vender la cuenta a un tercero”, dijo.
“Lo delicado del asunto es que esa persona ha contactado a muchos conocidos con mi cuenta para pedirles que voten por una página, no sé con qué fines”, añadió.
Aburrido y arrepentido de ese click que lo cambió de plano, literalmente, Juan Manuel señaló que sigue recibiendo mensajes de la misma persona, cuyo número contiene el indicativo de Kazajistán y otro de Estados Unidos.
“Él ha seguido insistiendo todos estos días, pero yo no estoy dispuesto a negociar nada porque –primero– no voy a entrar en su juego y –segundo– nada me asegura que vaya a cumplir su promesa si le pago”, aseveró.
Asimismo, ha intentado recuperar su cuenta comunicándose directamente con Instagram, pero, hasta el momento, no ha logrado más que darse golpes de pecho.
“Yo ya me comuniqué varias veces con Instagram, y ellos envían un código de recuperación, pero llega al correo que él cambió. Entonces no puedo hacer absolutamente nada. También coloqué la denuncia con delitos informáticos de la Policía Nacional. Pero todo ha sido una incerteza”, concluyó.
Por ahora, su cuenta permanece con su nombre en la biografía y con cada fotografía que le recuerda cómo le arrebataron el trabajo de seis años en un solo click.