Estudiante recibió una golpiza en las afueras de la Universidad de Ibagué por parte de delincuentes motorizados

Ocurrió hacia las 9:00 de la noche, en las afueras de la Universidad de Ibagué. Andrés García –quien pidió ocultar su verdadero nombre– iba de camino a su casa, como todos los días, sin saber que sería víctima de una violenta agresión para robarle su celular.

De acuerdo con su testimonio, recibió golpes en el rostro por parte de delincuentes motorizados que casi lo dejan inconsciente, de no haber sido por la ayuda de una familia que escuchó sus llamados de auxilio. Este es su relato.

"Me dispuse a contestar un mensaje y, de pronto, un hombre se bajó de una motocicleta, creo que era una TTR color blanco. Uno de ellos me acorraló diciendo que le pasara el celular. Lamentablemente no puede ver su rostro, solo escuchaba su voz", relató la víctima.

Luego agregó: "levanté un poco la cabeza y vi que el conductor tenía el casco puesto. El ladrón me decía que le pasara el celular, pero yo no lo soltaba".

Al resistirse al robo, Andrés García soportó golpe tras golpe en su ojo derecho. Cada impacto estaba nublándole más la visión y al intentar liberarse sin éxito del delincuente, este lo retuvo hasta hacerlo caer al pavimento.

"Me golpeó el ojo derecho y me rasgó el área debajo de ese ojo. Al seguir resistiéndome me golpeó de nuevo, pero esta vez me rasgó el párpado y el cigoma. Intenté huir, pero me agarró del buso para volverme a golpear. Caí al piso, con el buso roto, y me raspé el codo izquierdo y las dos rodillas", manifestó.

A punto de perder la consciencia, y con sus últimos alientos, la víctima pidió auxilio y alcanzó a ser escuchado por una familia que residía en el sector. Gracias a ellos, esta historia tuvo otro desenlace.

"Estaba quedando inconsciente y una familia salió a ayudarme. Los atracadores decidieron irse en la motocicleta. Algunos integrantes me levantaron y dentro de la casa me auxiliaron y solo hasta las 11:00 de la noche me llevaron a mi casa", sostuvo.

Finalmente, la víctima manifestó temer por su vida y la de otros estudiantes que pueden correr con el mismo destino. Él, al igual que la comunidad, reclaman más presencia policial para poner punto final (y no seguido) a estos hechos de inseguridad que han sido una constante en este oscuro sector.

"Temo que esto le pase a otras personas o me vuelva a suceder, no con golpes sino con arma blanca", concluyó.