Entre obras sociales y 645 animales rescatados: así es la vida de Germán Palma
Hay quienes pasan por la vida haciendo muchas labores sin encontrar el sentido de su existencia. Hay otros, en cambio, que descubren su destino en el camino, como lo ha hecho Germán Palma.
Este hombre, quien nació y creció en Ibagué, desde hace mucho tiempo decidió dedicar su vida a realizar obras sociales para dejar huella en quienes se topan con él.
Germán recorre las calles de la ciudad con un megáfono ofreciendo pulpa de avena tolimense, negocio con el cual ha logrado ayudar al rescate de 645 perros en condiciones vulnerables, además de otras acciones benéficas.
“Yo soy vendedor ambulante, vendo pulpa de avena en Ibagué y toda mi vida he sentido las ganas de querer ayudar. Siempre he visto mucha necesidad en los perritos de la calle y hasta el día de hoy he podido rescatar 645”, contó.
Y agregó: “además apoyo a 28 ancianatos de la ciudad y cada mes hacemos una labor con habitantes de calle, en la cual repartimos alrededor de 400 almuerzos, en la calle 19, la 21, en el Parque Galarza, llevando un mensaje de positivismo y esperanza”.
Con sus acciones, Palma aseguró que no busca aplausos ni reconocimientos, solo generar empatía, mayor consciencia y cultura, ayudando a quienes más lo necesitan.
Los cientos de perros y gatos que ha rescatado durante su vida ahora tienen una segunda oportunidad. Muchos de ellos han sido abandonados o han estado en condiciones delicadas de salud, por lo que Germán les ha otorgado hogar de paso, los lleva a controles veterinarios y posteriormente les busca una nueva familia.
“Todo lo hago con mi trabajo y con muchas personas que también me apoyan en lo que hago, por ejemplo, para desparasitar y esterilizar a los perros y gatos, bañarlos, brindarles comida. Asimismo, con los almuerzos para los habitantes de calle”, explicó.
Germán Palma tiene muchas versiones. Es topógrafo de la Universidad del Tolima, Técnico en Inspección de obras Civiles del Politécnico Central, además trabajó 15 años como coreógrafo de baile.
Actualmente, este ciudadano está estudiando un técnico en gastronomía, con el cual empezó a producir la pulpa de avena que comercializa, además de sándwich, salchipapas y otros alimentos.
“Me gusta lo que hago, desde muy pequeño me enseñe a trabajar en el país del rebusque y que mejor que ayudar a otros con mi trabajo, así como alguna vez quise que me ayudaran a mi”
Germán está convencido que aún le falta mucho por hacer, por eso todos los días se levanta con el ánimo de vender sus productos y así poder seguir cumpliendo su propósito en la vida: dejar huella en la ciudad.