El mal ejemplo del jefe de Control Disciplinario de la Alcaldía de Ibagué
18 de mayo de 2025

El mal ejemplo del jefe de Control Disciplinario de la Alcaldía de Ibagué

El funcionario encargado de sancionar faltas éticas en la Administración Municipal fue sorprendido disparando un arma traumática en plena vía pública.

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Escrito por: Luis Eduardo González
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En una escena que retrata con crudeza el deterioro institucional de la Alcaldía de Ibagué, el jefe de Control Único Disciplinario, Henry Arbey Torres Pinilla, fue sorprendido por la Policía Metropolitana mientras realizaba disparos con un arma traumática en el barrio Ricaurte, al sur de la ciudad.

El hecho ocurrió alrededor de la 1:45 de la mañana del pasado 5 de abril, cuando una patrulla interceptó al funcionario en un vehículo negro, marca Ford, tras una denuncia ciudadana sobre disparos desde un carro en movimiento.

 

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Durante el procedimiento, liderado por la patrullera Ashly Yulieth Rodríguez Ramírez, se halló una pistola traumática EKOL Firat Compact, calibre 9 mm, con cartucho, proveedor y una vainilla percutida, escondida detrás del asiento del conductor. (Ver Resolución de la Policía)

Torres no presentó permiso para portar el arma, una infracción que contraviene lo estipulado en el Decreto 2535 de 1993 y que, en su caso, reviste gravedad adicional por la naturaleza de su cargo: es el encargado de adelantar procesos disciplinarios contra funcionarios públicos del gobierno local.

Soporte 1 Henry Torres

Soporte 2 Henry Torres

Un funcionario polémico y resistido

El silencio del funcionario tras el escándalo ha sido elocuente. Consultado por EL OLFATO, rehusó dar declaraciones alegando “compromisos de trabajo”, pese a que el hecho genera un evidente conflicto ético y disciplinario.

Henry Arbey Torres es una figura controvertida dentro del gabinete de Johana Aranda. En el reciente remezón sonó como posible secretario de Gobierno, pero la resistencia interna de sus propios compañeros, impidió su designación.

Torres ha ganado notoriedad por protagonizar ataques contra medios de comunicación críticos de la gestión municipal, y por sostener públicamente que el malestar ciudadano es producto de una “campaña de desprestigio”. (Ver: Alcaldía de Ibagué dice que hay una campaña de «desprestigio» en su contra)

Pero ahora, el funcionario que dice “callar bocas con resultados” enfrenta cuestionamientos por su propio comportamiento, que contradice la ética que debe promover y vigilar desde su cargo.

Funciones y contradicciones

Según el manual de funciones de la Alcaldía, Torres debe garantizar el debido proceso en investigaciones disciplinarias, recolectar pruebas, emitir conceptos jurídicos, adelantar audiencias y capacitar a los funcionarios sobre deberes, inhabilidades e incompatibilidades. Es decir, su tarea es precisamente prevenir y sancionar conductas como la que él protagonizó.

Sin embargo, hasta el momento no se conoce de ninguna medida administrativa adoptada por la Alcaldía de Ibagué en su contra. Ni la Oficina Jurídica, ni la Secretaría General, ni la propia alcaldesa se han pronunciado sobre el caso, lo que profundiza la sensación de impunidad al interior del gobierno local.

¿Quién investiga al jefe de los investigadores?

El episodio abre un debate mayor: ¿qué legitimidad tiene el jefe de Control Disciplinario para investigar a otros funcionarios si él mismo incurre en comportamientos ilegales y peligrosos?

Más aún, ¿qué señales está enviando el gobierno de Johana Aranda a sus servidores y a la ciudadanía al mantener en el cargo a un funcionario que dispara armas sin permiso en las calles y se rehúsa a dar explicaciones?

En una ciudad que exige transparencia, legalidad y ejemplo desde lo público, el caso de Henry Arbey Torres no solo es bochornoso, sino preocupante. Y hasta ahora, la Alcaldía de Ibagué parece no tener respuesta.

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