El autismo no frustró su sueño de ser motovelocista y múltiple campeón
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Diagnosticado con un trastorno que influye en su aprendizaje, forma de comunicarse y relacionarse, Juan Pablo Moscoso trabaja día a día por su sueño de ganar un mundial de motovelocidad.
A lo largo de su trayectoria, ha obtenido 60 premios en competiciones como: la Copa Tolima Vs Huila y el Campeonato Nacional, entre otros, demostrando su talento a pesar de las adversidades.
A sus 9 años, después de visitar diversas competencias de motovelocidad junto a su padre, él empieza a entrenar para convertirse en deportista.
"La pista de motos es el lugar donde yo me siento libre sin estrés. La ansiedad desaparece. Mi condición no es una condición si no habilidad", dijo Juan.
Juan Pablo tiene el espectro autista, especialmente es diagnosticado con Síndrome de Asperger que no representa ninguna discapacidad.
"Él tuvo una convulsión en unas carreras y lo llevamos al hospital, yo pensé que había muerto. De ahí lo mandaron para hacer unos exámenes y le dijeron a la mamá que él era autista", contó Julián Moscoso, su padre.
Después de ello, sus padres entendieron de mejor forma la manera en que él entiende el mundo y aprende.
"Cuando yo supe que él tenía autismo, empecé a investigar, me uní a un grupo de Facebook, ahí me me explicaron, conseguí unos formatos y me explicaban cómo tenía que tratarlo y decirle las cosas", recordó.
Aunque sea una persona en el espectro autista, los verdaderos retos y dificultades los ha encontrado en el costo de su deporte y en la falta de escenarios en la ciudad.
"Nosotros siempre hemos pasado propuestas de patrocinio, pero es complicado, uno está buscando a alguien que le haga más fácil las cosas, aunque se es consciente de que es el papá quien tiene que darle", aseguró.
Para representar al Tolima, él y su familia se esfuerzan para viajar a Neiva o Manizales cada mes y entrenar, debido a que Ibagué no cuenta con las pistas necesarias.
"Hay varios niños que no pueden entrenar porque no hay escenarios y les toca lo mismo. Créame que si acá hubiera buenos escenarios, habría muy buenos pilotos", aseguró Julián.
Asimismo, considera que si se crearán unas pistas para entrenar con motos, disminuirían notablemente los 'piques ilegales'.
El costo del deporte no solo se ha evidenciado en los desplazamientos mensuales que deben hacer a Neiva, sino que también en las indumentarias, competencias y mantenimiento de las motos.
"Hay momentos en que no se puede competir por falta de plata. Por ejemplo, salió cupo para ir a correr a Brasil y le daban las motos, el traje y el casco para correr en categoría 300. Pero, tocaba pagar $25 millones, aunque tratamos, no logramos conseguir el dinero", comentó Julián.
Con el apoyo de sus padres y algunos patrocinadores, Juan ha logrado llegar lejos. Sin embargo, él y su familia le piden a la alcaldía que preste más atención a este deporte e invierta en mejores escenarios que ayudarían a los deportistas.
Con el sueño de competir en Moto GP, él seguirá esforzándose día a día para mejorar y representar al país en una competición mundial.
