
Después de 15 horas cerrada, rehabilitan la vía al Cañón del Combeima
Las lluvias del domingo colapsaron varios puntos de la vía rural de Ibagué. Aunque ya fue reabierta, persiste el riesgo por nuevas precipitaciones.

Escrito por: Manuela Bolívar
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La temporada de lluvias volvió a poner en jaque a la zona rural de Ibagué. Un fuerte aguacero, registrado la tarde del domingo 6 de abril, provocó deslizamientos, caída de árboles y el colapso de la malla vial en varios tramos del Cañón del Combeima. La emergencia afectó especialmente al sector de Valle Escondido, donde al menos dos viviendas resultaron averiadas.
La vía principal permaneció cerrada durante más de 15 horas. Solo hasta la madrugada de este lunes, y tras intensas labores de remoción de tierra, piedras y troncos, fue habilitada nuevamente, según informó la Alcaldía de Ibagué.
La alcaldesa Johana Aranda se trasladó a la zona para supervisar las labores. Sin embargo, reconoció que la situación sigue siendo crítica debido al riesgo de nuevas lluvias. “La alerta continúa vigente”, advirtió.
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Emergencia en expansión: Juntas y China Alta también afectadas
Aunque Valle Escondido fue el epicentro del desastre, la emergencia también tocó otros sectores como China Alta y Juntas. La magnitud de los daños está siendo evaluada por la Secretaría de Desarrollo Rural y los organismos de gestión del riesgo.
“Estamos haciendo un diagnóstico para evaluar las viviendas afectadas”, indicó Harol Wilches, secretario de Ambiente y Gestión del Riesgo. Por su parte, Cristian David Ávila, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, afirmó que el terreno continúa inestable y la lluvia persiste, lo que dificulta las intervenciones urgentes.
Sin infraestructura preventiva y con accesos precarios
La emergencia vuelve a dejar en evidencia la vulnerabilidad del Cañón del Combeima ante los eventos climáticos. La falta de obras de contención, sistemas de drenaje eficaces y vías en buen estado expone a la comunidad, cada año, a riesgos previsibles.
Por ahora, la Alcaldía pidió a la ciudadanía mantenerse alerta y reportar cualquier eventualidad a las líneas de emergencia 119 y 123. Pero más allá de las reacciones inmediatas, el reto de fondo es estructural: la ciudad necesita inversión sostenida en gestión del riesgo, infraestructura rural y adaptación al cambio climático.