Ciudadanos denuncian que separador de la carrera Quinta se convirtió en un baño público

Una preocupante problemática aqueja a los ciudadanos que frecuentan la carrera Quinta, entre calles 19 y 23. De acuerdo con ellos, el separador que se encuentra en este tramo vial se convirtió en un baño público. 

Según relata Cecilia Vivas, una de las residentes de la zona que se está viendo afectada con la situación, pasar por allí es realmente desagradable. 

“Habitantes de calle y los consumidores de drogas aprovechan el abandono de las zonas verdes del separador para hacer sus necesidades fisiológicas. El asqueroso olor invade toda la zona”, indicó. 

Asimismo, manifestó que esto ha hecho que la ciclovía, uno de los pocos espacios de recreación que tienen los ciudadanos, se convierta en una experiencia nauseabunda. 

“Botellas vacías de cerveza, cáscaras de frutas, envases plásticos, pedazos de cartón y ropa usada como papel higiénico se asoman entre los arbustos que sin mantenimiento han crecido para ser guarida, basurero y baño”, añadió. 

Igualmente, aseguró que a esa problemática se suma otra de inseguridad que se refleja desde hace mucho tiempo en la zona de la Plaza de la 21.

“Algunos drogadictos ya fuman de día frente a niños, señoras, ciclistas que pasan por la Quinta y ven cómo la calle 20, que desemboca en la plaza de mercado, se volvió en un mini Bronx sin Dios ni Ley”, lamentó. 

“La llegada de nuevos negocios que reactivan la economía del sector como Dollar City se ven amenazados por un entorno tan marginal, y más porque el edificio contiguo, que era la antigua sede de Caprecom, lleva años abandonado y se volvió sanitario público. Vecinos tratan de tapar la inmundicia con arena”, agregó.

Así, sostuvo que ese entorno, en el que se encuentran también la histórica Iglesia del Carmen y la sede de la Uniminuto, está rodeado de consumidores de bazuco y atracadores que esperan a los estudiantes que salen en la noche.

“Aunque los policías del cuadrante hacen rondas, el consumo no declina. Hacen sus necesidades en la calle, se roban los cables, las tapas de los medidores, es un paseo de locos”, dijo. 

Incluso, mencionó que personas que han comprado inmuebles en el sector han preferido irse porque el ambiente es horrible. 

“No lavan las calles, no limpian, sembraron esos separadores pero nunca más le hicieron mantenimiento, entonces crecieron mucho los arbolitos y se hacen ahí”, reiteró. 

A esas declaraciones se suman las de Luz Dary Fernández, docente que labora en la Institución Educativa Boyacá, ubicada en la calle 20 con Quinta. 

Según lo que dijo la profesora, es muy incómodo para ella, sus compañeros y sus estudiantes desarrollar sus actividades académicas con esos malos olores. 

“Cuando el clima está soleado ese olor se alborota. A veces es intolerable y tenemos que soportarlo porque el colegio no cuenta con vidrios en las ventanas, al menos para cerrarlos”, indicó. 

Igualmente, puntualizó que esa problemática de consumo de alucinógenos que refería Olga les preocupa mucho, pues son cerca de 200 niños los que están expuestos a ella. 

Por esa razón, pidió a las autoridades mayor presencia en esta zona para evitar que ese mal comportamiento se siga presentando. 

Reposición vegetal en el separador

Ante esta denuncia, EL OLFATO se contactó con Carlos Uribe, gerente de Ibagué Limpia, quien indicó que hace aproximadamente dos semanas se inició la reposición vegetal en todo el separador de la carrera Quinta.

De acuerdo con el funcionario, esas labores comenzaron en la glorieta de Piedra Pintada, calle 44, e irán hasta la calle 10. 

“Al día de hoy (martes 23 de noviembre) se encuentran en el sector de la 27 con Quinta. Es decir que, al finalizar esta semana, estarían en el sector mencionado”, precisó Uribe. 

“Esperamos que con esta intervención y con el apoyo de la ciudadanía, ayudemos a conservar las zonas verdes en los corredores viales”, agregó. 

En ese sentido, indicó que estiman una entrega de la actividad finalizada antes del 23 de diciembre de este año.

“Lamentablemente es una mala conducta del habitante en condición de calle, que hemos podido evidenciar con nuestro personal de supervisión”, concluyó. 

Destacado: la inseguridad también preocupa a los residentes y comerciantes de la zona. De acuerdo con ellos, este sector se convirtió en “un minibronx, sin Dios ni ley”.