Un amor con aroma a café de ‘Don Ovidio’
Una novela colombiana con aroma y sabor a café, así es la historia de amor y emprendimiento de David Arias y Jennifer Lozano, creadores de ‘Don Ovidio Café’, una empresa tolimense dedicada a la producción, tostión y comercialización del grano.
Esta historia inicia en el año 2013 en Bogotá. Él administrador de empresas y ella comunicadora social se vieron por primera vez durante la celebración del cumpleaños de David, el 27 de julio de dicho año. Sus amigos en común hicieron posible que en una noche capitalina se conocieran.
Luego de este encuentro, vinieron otros. David se sentía atraído por Jennifer, tanto que la invitó a tomarse un tinto, a lo que ella respondió: “Con usted ni a la esquina”. Pero, Arias no se daba por vencido y decidió buscarla por Facebook y escribirle mientras la comunicadora aprendía inglés en Inglaterra.
En cada conversión, el bogotano y la cartagenera se daban cuenta que tenían pensamientos comunes en cuanto a la vida, las relaciones de pareja y los negocios.
“Cuando ella regresó de Inglaterra empezamos a salir, duramos como cuatro meses de novios y nos casamos. Fue cuestión de pocos meses y seguimos con nuestras actividades en Bogotá en la misma empresa, pero en distintas áreas”, señaló David Arias.
Agotados por el ritmo de la vida bogotana, los esposos decidieron buscar soluciones, optando por crear un emprendimiento, cuyo protagonista fuera el café, pese a que no eran buenos consumidores de dicha bebida.
Ya con la idea, Arias le propuso a Lozano que por qué no iba al Tolima y conocía a su familia, la cual se dedica desde hace 150 años a la comercialización del café en verde, propuesta que fue aceptada por la mujer, quien empezó a realizar viajes a dicho departamento.
Los esposos decidieron que la comunicadora debía instalarse en Ibagué para buscar el sitio ideal para su tienda de café. Recorrió diferentes zonas, identificando dónde había mayor concurrencia de oficinas, y de posibles consumidores del grano, optando por el barrio La Pola, como el mejor sector para iniciar su emprendimiento.
“Cuando empezamos teníamos una idea en la cabeza, no era café especial, sino un lugar para tintear, comer postres y contar con una buena atención”, precisó Arias.
Con la idea y el sitio, Arias y Lozano hicieron un taller básico de preparación de café para brindarle a sus clientes un buen producto.
“Compramos una máquina profesional y la máquina se demoraba tres meses en llegar, entonces decidimos abrir con una máquina pequeña, pero nos pegaban una boleada, pero así seguimos durante tres meses”, señaló Lozano.
Con el paso del tiempo, ya no solo vendían café ‘Don Ovidio’, aumentaron la variedad del grano con cafés de más de 10 familias caficultoras de Villahermosa, Planadas, Rioblanco, entre otros municipios del Tolima.
“Gracias a ellos, tenemos dos líneas de negocio: café especial y café exótico, que son de exportación y que se dejan aquí para que la gente aprenda a consumirlo”, dijo David.
Luego de seis años de perfeccionar su idea, ‘Don Ovidio’ no es solo una tienda ubicada en la Reserva de Piedra Pintada donde se puede encontrar un excelente café, sino que también es un centro de experiencia en donde los clientes pueden estar con personal capacitado listo para explicar las variedades del grano, sus preparaciones y las formas de disfrutarlo. Además, su producto es comercializado en restaurantes y hoteles.
Actualmente, los esposos sueñan con ser líderes de la comercialización del café tostado en el país. “Nos gustaría llevar el café a todas las ciudades que podamos, y posicionar nuestro producto en otros países. Queremos que la gente en otros países compre café tostado en origen, no solo producido, sino también tostado por colombianos que somos los que conocemos nuestra materia prima mejor que nadie”, indicó Arias.
En cuanto a su vida en pareja, Arias y Lozano anhelan tener hijos y viajar por el mundo aprendiendo café, para traer sus conocimientos al Tolima y Colombia.