La muralista ibaguereña que llena de colores rincones de Colombia
Las labores del campo, los vendedores de alimentos y la naturaleza, son algunas de las fuentes de inspiración de Mary Escobar Triana, una ibaguereña que deja su huella a través de murales.
Junto a colectivos y amigos, han transformado varios espacios de Ibagué, entre ellos, el viaducto del Sena, la plaza de El Salado y la institución educativa Diego Fallon.
Su arte no se limita a la capital tolimense, pues recientemente estuvo, por invitación, en Falan, allí el ave conocida como 'torito dorsiblanco' y la 'ranita dorada', fueron las elegidas para enmarcar un proceso ambiental que se adelanta en esta población del norte del Tolima.
"A través de una feria agroambiental, nace la iniciativa de vincular el arte a esa feria y la idea de hacer un mural. Ellos me contactan y me comentan todo esto que quieren hacer por el municipio y por supuesto que me uno también a la causa”, narró Mary.
Y, como ocurre en los procesos comunitarios, las ideas se desarrollan a partir de la colaboración.
En esta ocasión, el traslado de la artista plástica, la compra de materiales y la estadía fue posible gracias a la unión de esfuerzos y la participación activa de la sede Piedecuesta de la Normal Superior Fabio Lozano Torrijos.
La joven narró que cada artista tiene su forma de pintar y ver las paredes; sin embargo, en ocasiones, es necesario trabajar en conjunto para lograr convertir una simple pared en un gran lienzo.
Bastaron solo cuatro días para que unos ladrillos grises se iluminaran con la belleza y riqueza que enaltecen los paisajes de Falan.
Una vez el mural estuvo listo, se le entregó a quienes quedaron con la responsabilidad de preservarlo.
“Se hizo una jornada de charlas con los estudiantes de primaria y bachillerato, donde se les explicó el mural y se les motivó a pintar, los acercamos mucho al arte”, dijo Mary.
Y agregó que el mural además busca generar una reflexión sobre las bondades naturales del municipio, por lo que refleja “la fauna, la flora, hay dos ranitas endémicas, la venenosa punteada y la venenosa dorada. También, la agricultura con el cultivo del cacao, el maíz y el aguacate”.
Añadió que se buscó resaltar la verdadera riqueza que tiene el territorio y que se debe proteger, en ocasiones, “no valoramos lo que en realidad está ahí, como las ranitas o los loritos dorsiblancos”.
Por otra parte, para la artista plástica es importante que las personas se vinculen con el arte y dejen de verlo desde la distancia.
“Es una parte fundamental para que se preserve este tipo de expresiones", dijo.
Y agregó: "también las entidades públicas y privadas que apoyen el arte y que destinen un presupuesto adecuado, no lo ven como un trabajo sino como una expresión, lo que termina desvalorizando al artista”.
Al preguntarle por qué son importantes los murales para la sociedad, indicó que es una forma de generar tejido simbólico y un lenguaje que permite originar ideas entre las personas que lo ven y, a su vez, se logra una conexión de los habitantes con el territorio.
Dicha premisa llevó a Mary a participar recientemente en una convocatoria en el municipio de San Pablo en el departamento de Bolívar. Allí, el talento de la ibaguereña plasmó en un mural la cotidianidad de los lugareños a partir del río Magdalena.