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La historia del fotógrafo que captó el Nevado del Tolima desde Bogotá en el Día de San Pedro

Este lunes festivo 29 de junio, desde tempranas horas de la mañana, Giovanny Pulido le dio la vuelta a Colombia y al mundo con la  imagen del nevado a través de sus redes sociales.
Historias
Autor: Redacción Redes Sociales
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Redacción Redes Sociales
La historia del fotógrafo que captó el Nevado del Tolima desde Bogotá en el Día de San Pedro
Foto: Giovanny Pulido

El regalo amoroso de un padre a su hijo adolescente de 12 años: cámara réflex marca Nikon y una enciclopedia-curso de fotografía básica llevó tres décadas después al niño apasionado desde mediados de los 90, en captar la belleza a través de su lente; a retratar la majestuosidad del Nevado del Tolima desde su ventana en el centro de Bogotá.

Este lunes festivo 29 de junio, desde tempranas horas de la mañana, Giovanny Pulido le dio la vuelta a Colombia y al mundo con la  imagen del Nevado a través de sus redes sociales.

“A punta de errores, fotografiando a mi familia aprendí de: óptica, iso, velocidad, diafragma, conceptos propios de la física. Desde allí comencé a andar no solo con una cámara; muchas cámaras son mis compañeras permanentes de la vida”, narra Pulido.  El niño dio paso al joven que frecuentaba el San Andresito de San José y el de La 38; compraba y vendía cámaras y lentes para mantenerse al día con la última tecnología. Desde entonces la fotografía es el epicentro de sus días.

Giovanny admiraba el trabajo de su primo Néstor que estudió publicidad a quien sirvió como asistente. A su lado se volvió fotógrafo empírico: “Cuando salí de secundaria en Colombia no existía la fotografía como carrera profesional. Lo más parecido era estudiar Comunicación Social; como en el Politécnico la materia de fotografía se cursaba en el primer semestre, me gradué de esa universidad”.

A la par que cursaba la carrera tomó cursos de iluminación y revelado. La vida premió su alma sensible con una especialización sin igual, como parte de la práctica profesional: en la Unidad Nacional de Parques Naturales visitó 45 lugares del total de 59 áreas protegidas que tiene el país. Afinó su ojo retratando miles de imágenes de parajes, personas, animales, vegetación, comidas, como personas tiene Colombia. En Parques Nacionales trabajó varios años, se perfeccionó en fotografía de naturaleza. Ese mismo amor por las maravillas que tiene nuestro país, le brindó a este bogotano otro regalo hoy.

Nos despertamos y estábamos en el cuarto de nuestro hijo cuando mi esposa miró por la ventana y se dio cuenta que teníamos al frente al Nevado del Tolima y esto es un trabajo en equipo: “Allá está el nevado, amor” dijo ella y saqué rápido la cámara; comencé a registrar ese espectáculo que teníamos al frente de nuestros ojos. De la pandemia no todo es malo. Nos ha permitido ver cosas que todo el tiempo hemos tenido frente a nuestras narices, pero por los afanes casi nunca disfrutamos”.

El maremágnum de comentarios de los internautas de Twitter, Instagram y Facebook, extasiados, no se hizo esperar. La gran mayoría de internautas felicitaron a Giovanny. Por Twitter no faltaron quienes lo insultaron y quienes, incrédulos, lo acusaron de foto “fake”.

“Recibí con tranquilidad las groserías desde algunas cuentas de Twitter. Sé qué foto tomé, cómo la logré. Estoy orgulloso de haber podido compartir, desde el frío de una mañana bogotana, un pedazo del Parque Natural de Los Nevados. Un espectáculo que pocas veces  registramos por la contaminación normal en la ciudad. ¿Si ve? Otra de las bondades que nos trajo quedarnos en casa por el Coronavirus. 

 El fotógrafo bogotano se sabe privilegiado. Pocos profesionales como él han retratado al Oso de anteojos en el Parque Chingaza, tan cerca y tan lejos de Bogotá. O a las ballenas en su danza de apareamiento en la ensenada de Utría, en el Pacífico. No sabe de egoísmos, por éso desde sus cuentas de Twitter (@GiovannyPulido)   y de Instagram (GiovannyPulidoPhotographer) comparte sus imágenes e insta a los padres a que sensibilicen a los niños en la conservación de la fauna y de la flora; en su amor por ella, único camino que, dice, tenemos como humanidad para salvarnos de pandemias como la actual, y de la extinción total de nuestra especie.

“Si cada padre y madre lleva a sus hijos de paseo por uno de nuestros parques naturales lograremos un apego de la niñez por la preservación de las especies silvestres. No es una cosa de hippies ni de locos. Es el camino y el equilibrio necesario para que el planeta  sobreviva”.

La primera red social donde Giovanny Pulido compartió su imagen del Nevado del Tolima fue Twitter, en un intento de refrescar la plataforma más polarizada donde la mayor parte de usuarios hablan de cosas negativas. A los pocos que creen que la imagen es “fake”, Pulido les explica que la foto fue tomada con una  cámara semi profesional Nikon P-1000, compacta; de lente fijo, de 24 milímetros a 3.000 milímetros, especial para retratar la luna, aves y cielos estrellados que abundan en el territorio colombiano; pero que rara vez nuestros ojos comunes y corrientes logran apreciar.

El fotógrafo y Andrea su esposa tienen una sensibilidad peculiar que esperan transmitirle a su pequeño Matías, de solo 8 meses de nacido. Ella trabaja en un proyecto de conservación amazónica, y él en un proyecto de reducción de la pobreza. Enclavados en un apartamento del Centro Internacional capitalino, a través de sus imágenes, desean concientizar a más colombianos de la protección del ecosistema que tenemos alrededor.

Giovanny también está inquieto por la desobediencia civil de los bogotanos frente al COVID-19. Practica ciclismo y sube al Alto de Patios, en La Calera, cada fin de semana. Nota que la mayoría de ciclistas aficionados ascienden la cuesta sin tapabocas.

“Estoy convencido de que no está en manos de los gobernantes la responsabilidad de evitar la propagación del virus. Cada colombiano puede disminuir la cifra con el autocuidado. Así como hacemos caso omiso de los epidemiólogos, así mismo muchos ciudadanos se hacen los sordos en la conservación de la naturaleza. El legado más importante que cada uno de nosotros puede dejar a las generaciones futuras es el ejemplo. Cuidar y conservar la vida, no destruir lo poco que aún nos queda”.    

Por: Claudia Consuegra Peña, periodista invitada

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