La historia de la vereda San Miguel: luego de 15 años familias campesinas regresaron a sus fincas
El territorio en el sur del Tolima ha sufrido las consecuencias de la guerra desde hace décadas. Familias enteras se han visto en la obligación de abandonar sus tierras, mientras que otros habitantes no han tenido otra opción que convivir de cerca con el conflicto armado.
Campesinos de la zona rural de Planadas se vieron afectados por el flagelo de las minas antipersona. Pasaron años para que los habitantes regresaran a sus tierras, sin el temor a perder la vida por pisar uno de estos artefactos explosivos.
El Teniente Coronel Edwin Cedeño, comandante del Batallón de Desminado Humanitario n. 2 de la Sexta Brigada del Ejército, informó que recientemente los soldados desminadores entregaron cerca de 43.000 metros cuadrados despejados como libres de sospecha de minas antipersona.
Territorio de Minas
Yamid Garzón, presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda San Miguel, narró que el 2006 fue el año en que empeoró el conflicto en ese sector del Tolima.
“Los grupos armados colocaban las minas para defenderse del asedio de la Fuerza Pública y los campesinos se vieron afectados por esos campos minados por mucho tiempo”, expresó.
En los terrenos no se podía transitar porque en cualquier instante explotaría una mina, generando temor y zozobra en la comunidad.
“En la región no había presencia del Ejército y se convivía más que todo con un grupo al margen de la ley que eran las Farc y controló este sector”, dijo.
“Uno miraba que fabricaban eso y cuando venía la Fuerza Pública a recuperar el territorio, ubicaban esos artefactos y a veces las Farc nos decían que ‘por esos lados no pasen, porque por ahí está minado’, pero muchas veces no nos decían”, agregó.
Con el pasar de los años, los campesinos no tuvieron otra opción que desplazarse hacia la zona urbana de Planadas u otros municipios.
Garzón afirmó que fueron alrededor de 70 familias las afectadas por las minas antipersona en la vereda San Miguel, alejándose de sus fincas, cosechas y ganado, dejando todo atrás para salvar sus vidas, mientras que otros no tuvieron más alternativas y se quedaron.
Indicó que probablemente cerca de 1.000 personas residentes de las veredas La Unión, El Progreso, Peña Rica, La Hacienda, Guayabo y Marquetalia también fueron víctimas.
Algunos de los habitantes fallecieron, otros heridos o con graves secuelas y varios animales muertos por estos explosivos.
El proceso de Paz
Luego de 15 años los habitantes de la zona rural de Planadas vieron una luz de esperanza. Con los operativos constantes de la Fuerza Pública y el inicio del proceso de paz en el año 2016, los campesinos regresaron a sus tierras.
“Después de 15 años ya no tenemos miedo de morir por una mina antipersona. Uno transita con más confianza”, puntualizó Garzón.
“El desminado fue muy positivo, porque se quitó un peligro que había eminente, eso era algo que no avisaba, no se sabía a qué persona iba a dañar”, acotó.
Los pobladores volvieron a sus labores del campo y ese sentimiento de zozobra se ha ido poco a poco. Ahora tienen un ambiente de tranquilidad en el sector.
Finalmente, el presidente de la Junta de Acción Comunal invitó a los campesinos a que si tienen la sospecha de que en algún terreno existe un artefacto explosivo o tenga algunos de estos elementos en su finca, dé aviso al Ejército para devolverle la vida al campo.