La campeona mundial de fútbol de amputados que entrena en Ibagué
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Laura Lizeth Rojas, una mujer de 36 años, es campeona no solo en la cancha, sino también en la vida. Como integrante de la Selección Colombia, celebró el título de campeona en el Mundial de Fútbol Femenino de Amputados 2024.
Radicada en Ibagué desde hace más de una década, es madre soltera, profesional en salud ocupacional, auxiliar de enfermería y una destacada paratleta.
Su historia como deportista comenzó con un giro inesperado en su vida hace tres años: un accidente de tránsito en Bogotá que resultó en la amputación de una de sus piernas.
"Una mula me arrolló, me arrastró más o menos 11 metros. El ortopedista dijo: no, ya no se puede hacer nada. Lo importante es que seguimos con vida, gracias a Dios y pensaba mucho en mi hija, porque tú como madre siempre vas a pensar primero en ellos después de un accidente, qué van a hacer ellos si tú no vas, si tú no estás, quién los va a cuidar. No, no, yo tengo que vivir", expresó.
Sin embargo, decidió enfrentar esta nueva realidad con determinación y valentía, trabajando por conseguir un futuro mejor para ella y su hija.
"En el momento de mi accidente dije: no, no me puedo quedar aquí esperando que me llegue todo. Empecé a buscar un centro de entrenamiento, pregunté qué hacía para ponerme en condiciones físicas más activas. Nunca había hecho deporte, pero me dijeron que podía inscribirme con el entrenador Roger Salas, que trabaja con personas en condición de discapacidad y que yo sería una de las primeras mujeres amputadas, y dije: vamos a arriesgarnos", manifestó.
En tan solo dos meses de entrenamiento, Laura representó al Tolima y obtuvo la medalla de bronce en lanzamiento de disco.
Desde entonces, no ha dejado de cosechar éxitos, sobresaliendo este año con medallas de plata en lanzamiento de bala y disco. Pero su mayor triunfo fue dejar en alto el nombre del país en el campeonato mundial realizado en Barranquilla.
"El último y más especial fue la medalla de campeonas en el fútbol femenino de amputados. Esta tiene un significado muy grande porque realmente no nos conocen, son pocos los que nos conocen, pero tiene un gran valor para nosotras que somos varias madres cabezas de familia, muchas dejamos nuestros trabajos, sacrificamos tiempo, espacio con nuestras familias", señaló.
El equipo, compuesto por mujeres de varias regiones del país, se enfrentó a enormes retos económicos. No obstante, a pesar de las dificultades, lograron coronarse campeonas mundiales.
"Lesiones, esguinces en una sola pierna. Muchas veces los recursos salían de nuestro bolsillo y eran viajes eternos en tierra, porque no teníamos para ir en avión. La verdad nos dieron solamente las felicitaciones, porque de parte del Gobierno ni del Ministerio del Deporte recibimos ayuda. A nivel nacional nada", aseveró.
Rojas se esfuerza cada día por balancear su pasión por el deporte con varios trabajos para sostener a su hija de 11 años. Desde cuidar pacientes en clínicas y hospitales en las noches hasta elaborar cartas desde casa.
"Sí me gustaría levantar la voz y decir que quiero conseguir un trabajo en el que me sigan dejando participar en mis deportes, eso sería genial. Si llega esa ayuda económica, sería de mucha ayuda para uno, porque ser madre cabeza de familia no es no es fácil, nos la guerreamos todos los días", dijo.
De igual manera, invitó a todas las mujeres interesadas en unirse a la Selección Colombia Femenina de Fútbol de Amputados. Para más información, pueden contactarla al 3175640200.
"Todo en esta vida se puede superar, que sí hay obstáculos, pero que no nos podemos dejar amedrentar de ellos y mucho menos dejarnos aplastar. Vamos siempre para adelante, con toda la actitud, con todas las ganas. No se queden en casa, no se echen a la pena, busquen ayuda si es necesario, pero no se queden esperando, vayan y luchen por sus sueños", puntualizó.
Finalmente, "La Divabagué", como la llaman cariñosamente sus compañeras de equipo, alentó a quienes han enfrentado circunstancias similares a las suyas a transformar esos desafíos en una oportunidad para perseguir sus sueños.
"Les invito a que cuando tenemos un accidente, perdemos una extremidad, tenemos una enfermedad, no es el fin. Es apenas el comienzo de nuevas oportunidades y en algún momento sí vamos a estar en el fondo, pero que ese fondo nos sirva para impulsarnos a ir a alcanzar sueños", concluyó.
