Juntos hasta el final: la historia de amor entre Idaly Aguiar y el cronista Camilo Pérez
Idaly: tu nombre en mis labios es agua y poesía; agua para ser feliz todo el día,
poesía en mi garganta como arrullo mágico que envuelve la sonoridad del trinar de la guitarra al ritmo del corazón".
Un amor hasta la muerte: así de grande fue el amor del cronista Camilo Pérez y su esposa María Idaly Aguiar. Una pareja de enamorados: él el poeta y ella su escribiente.
Pérez era docente y, como si se tratara de una coincidencia de la vida, ella también. Sus caminos separados se encontraron en un mismo lugar, un mismo año: Ibagué, 1966.
"Eso fue un amor a primera vista. Se conocieron, duraron tres o cuatro meses de novios, mi papá le propuso matrimonio, ella aceptó y empezó su historia", narró Ernesto Pérez, su hijo mayor.
Con el paso del tiempo Camilo comenzó a dedicarse más al periodismo y a la poesía, ya que, además de encontrar su pasión en ellos, también tenía a su lado a la musa que inspiraba cada uno de sus relatos.
"Mi mamá fue musa inspiradora de muchos de los poemas de mi papá. No andaban solos, siempre estaban los dos. Muy pendientes el uno del otro", recordó.
Idaly: confieso que he sentido celos en las mañanas cuando riegas las rosas rojas y amarillas en el balcón
de tu apartamento, les hablas con amorosa ternura en un idioma exclusivo para ellas,
les cantas con voz de contralto en íntima serenata".
Con el paso del tiempo sus cuerpos se fueron envejeciendo, sus energías se agotaban, sin embargo, su amor continuaba como el día en el que se vieron por primera vez.
"Mi papá nunca dejó de enamorarla. Siempre era muy detallista con ella y la hacía sentir amada", expresó Ernesto.
No obstante, como en cualquier historia con un inicio, nudo y desenlace, las cosas parecían complicarse para ambos cuando él perdió la vista, pero cuando el amor tiene sólidas bases, no hay fuerte tempestad que lo derrumbe.
"Ella fue su lazarilla, su pluma y su notaria de todas las ideas que se le venían a la mente de repente", dijo.
Idaly conocía cada una de las obras, libros y documentos de su amado esposo. Por ello, se sentaban juntos en la mesa y, cuando se le "prendía el foco", él le dictaba y ella escribía con un lápiz sobre un cuaderno.
"Luego de que ella escribía, venía alguien a la casa y pasaba todo del papel al computador, es decir, lo digitalizaba, pero todo pasaba primero por mi mamá", señaló.
Así fue como nacieron varias de las obras del legendario 'Camilito', como lo conocen popularmente, con ayuda del amor de su vida.
"Fueron él y su negrita, durante casi 45 años fueron los dos. De hecho, mi papá me contaba que dormían juntos agarrados de la mano y así se fue ella", relató.
Tan grande e intenso fue su amor que Idaly murió el 20 de abril y nueve díaz después, él se fue tras ella.
"Él me decía que quería encontrarse de nuevo con ella, pero no pensé que tan pronto. Se fueron amándose cada segundo y, seguramente, siguen amándose dónde sea que estén", concluyó.
Cuando te vas Idaly las flores del jardín cierran los brazos en señal de descanso
sueñan tu ausencia añorando tu regreso".
*El poema contenido en el artículo fue escrito por él y dedicado a su amada esposa. Tomado del Facebook de Camilo Pérez.