Fabio Moncada: un profe que prioriza el apoyo emocional en la educación

Fabio Moncada es el docente que lucha por incentivar el amor propio y la aceptación en sus alumnos. En el transcurso de su trayectoria profesional ha marcado la vida de decenas de habitantes de Ibagué. 

"La nobleza y pasión son adjetivos que el profe Fabio hizo suyos en un salón de clase, es de los profes que ni las mamás olvidan por el amor que tiene por su vocación hecha profesión", describió María José Montoya, exalumna del profesor. 

Además de las lecciones que los alumnos recibían en sus clases, el apoyo emocional que les brindaba en un momento como la adolescencia fue fundamental para la formación de cada estudiante que pasaba por las aulas. 

"En un punto de mi vida podría decir que me salvó, porque me escuchó, habló conmigo, ayudó a que me amara por encima de cualquier comentario, me enseñó que amar no era un pecado", mencionó Majo Rojas, ex estudiante del Colegio.

Para el profe, la educación va más allá de la formación en saberes, pues para formar a seres humanos se debe incentivar a la identidad, el amor propio y el pensamiento crítico. 

"La docencia, en términos muy religiosos, le llaman vocación, pero yo pienso que es un servicio que necesita una sociedad que pretenda construirse de forma libre, responsable y consciente. Cuando se está ejerciendo, se está teniendo una enorme responsabilidad con la sociedad", indicó Fabio. 

Al igual que sus palabras, las acciones demuestran el amor por su profesión. María José Montoya relata como el Abue Fabio, apodo puesto por ella, le ayudó a sobrepasar uno de los momentos más difíciles en su vida académica. 

"Sentía demasiada presión por tener buenas calificaciones y estaba afectando a mi salud. Él un día me dijo que debíamos hablar y como si de un niño que apenas está comprendiendo su rol me explico e hizo sentir y entender que aprender era más importante, pero que mi salud lo era aún mucho más", recordó María José. 

Una vida dedicada a la docencia

Aunque los 27 años de vida que ha vivido en Ibagué, lo hacen sentir más tolimense que nunca, él nació en Bucaramanga, Santander. 

Su formación académica en filosofía, teología y su magíster en educación de la Universidad del Tolima, le han permitido tener una larga trayectoria profesional. 

"Tuve un corto año en el SENA, ocho años en el Colegio María Inmaculada y desde hace 18 años en el Colegio Técnico Exalumnas de la Presentación", explicó el educador.

En su experiencia educativa, también ha trabajado como docente catedrático en la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad del Tolima. 

Del mismo modo, ha hecho parte del grupo de investigación de evaluación formativa, en el que analizan el papel de la evaluación en la construcción del conocimiento.

"También he trabajado en Boyacá, Bogotá, San Vicente del Caguán, Caquetá, pero conozco experiencias educativas y he participado en el Meta, tal vez es donde menos he trabajado, curiosamente en mi tierra natal que es Santander", recordó. 

"Mi vida ha estado dedicada a la docencia, centrada en la labor y en el papel de los estudiantes y las estudiantes. Considero que es un deber muy grande formar ese talento humano, tratar de que construyan desde lo que son sus experiencias, su vida", agregó. 

Con esos conceptos en mente, Fabio ha sido fundamental en la construcción de identidad y en la aceptación de la misma, porque ha mostrado apoyo a sus estudiantes con diversidad sexual y diferencias ideológicas. 

"Fue una persona tan importante que me ayudó en mi vida en general a amarme y  me dio el ánimo de seguir luchando y seguir viviendo", aseguró Majo Rojas. 

Con genuina gratitud, los exalumnos describen a Fabio, porque además de ser quien da cátedra en un salón de clases, también es un hombro para llorar, unas palabras de aliento y un verdadero educador.