El perro héroe que sirvió por siete años en la Policía
08 de febrero de 2025

El perro héroe que sirvió por siete años en la Policía

El labrador chocolate detectó explosivos y protegió vidas en el Huila y Tolima. Tras su retiro, encontró un hogar junto a su guía, el patrullero Otoniel Molina.

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Escrito por: Paula Núñez
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Con su olfato entrenado y su valentía inquebrantable, Sansón, un labrador chocolate de la Policía Nacional de Colombia, dedicó siete años de su vida a la detección de explosivos y a la seguridad ciudadana. Hoy, retirado del servicio, disfruta de una vida tranquila junto a su antiguo guía, el patrullero Otoniel Molina, quien decidió adoptarlo tras años de compartir misiones y operativos.

Sansón inició su trayectoria en la Escuela de Guías Caninos de Facatativá, donde fue entrenado para detectar explosivos y sustancias peligrosas. Su primera asignación fue en el departamento del Huila, una de las regiones estratégicas para las operaciones de seguridad en el país. Allí, junto a Molina, se convirtió en un recurso invaluable para la prevención de atentados y operativos de control.

Sansón

Uno de los momentos más cruciales de su servicio ocurrió cuando, gracias a su agudo olfato, descubrió granadas cerca de la Gobernación del Huila, así como un costal con cordón detonante, un material que podía haber sido utilizado en la fabricación de un artefacto explosivo. Su detección evitó una posible tragedia y protegió la vida de decenas de personas.

Durante su estadía en el Huila, Sansón participó en múltiples operativos en municipios como Pitalito, La Plata, Garzón, Campoalegre y Algeciras, donde su presencia se convirtió en sinónimo de seguridad. Con el tiempo, su entrenamiento y destreza lo llevaron a ser trasladado a la Metropolitana de Ibagué, donde continuó desempeñando un papel clave en la detección de explosivos.

En la capital tolimense, participó en importantes operativos, entre ellos la incautación de morteros y granadas de mortero que habían sido enviadas a través de una empresa de encomiendas, un hallazgo de gran impacto para la seguridad de la región.

A pesar de que los perros detectores de explosivos suelen retirarse después de seis años de servicio, Sansón demostró un rendimiento excepcional, lo que llevó a que se le concediera una prórroga de un año más. Sin embargo, tras siete años de arduo trabajo, llegó el momento de su retiro.

Para el patrullero Molina, quien estuvo a su lado desde el inicio de su carrera, la decisión de adoptarlo fue natural. "No fue difícil. Sansón no solo fue mi compañero de trabajo, sino también mi amigo leal. Después de todo lo que vivimos juntos, sabía que debía darle un hogar y una vida llena de amor y tranquilidad", afirmó.

Sansón

La adaptación a su nueva vida fue rápida. Acostumbrado a la disciplina y el entrenamiento riguroso, Sansón ha encontrado en su hogar un equilibrio perfecto entre la actividad y el descanso. El retiro de Sansón no solo marca el fin de su vida operativa, sino que también resalta la importancia del trabajo que realizan los caninos en las fuerzas de seguridad.

"Le encanta salir a caminar, pero también disfruta de largas siestas en el sofá. Nos ha traído mucha alegría. Es un perro increíblemente inteligente y cariñoso. Mi esposa y yo estamos felices de tenerlo con nosotros. Los perros no son solo herramientas de trabajo; forman lazos con sus guías y dejan huella en la comunidad", señala Molina.

Sansón, ahora jubilado, es un testimonio viviente de la dedicación y sacrificio de los perros policías. En lugar de rastrear explosivos, ahora disfruta de una vida en familia, rodeado de cariño y lejos del peligro, pero siempre recordado como el héroe que protegió a muchos con su instinto y lealtad.

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