Él es Juan Carlos Niño: el pediatra que le ha salvado la vida a más de 1.000 bebés en Ibagué
A veces el futuro es misterioso, pero otras veces envía señales claras, como ocurrió con el protagonista de esta historia: un ibaguereño que tenía su destino escrito cuando fue bautizado como Juan Carlos Niño.
Desde muy joven, ese apellido lo condujo por un camino que lo hizo apasionar por la pediatría y, luego, lo llevó a salvar la vida de más de 1.000 bebés en Ibagué. También le permitió dedicar todo su tiempo a la atención médica de unos 99.000 niños a lo largo de estos 33 años de trabajo. Esta es su historia.
“Yo decidí ser pediatra desde el bachillerato, porque mi papá también lo fue, y muy reconocido en Ibagué: el doctor Humberto Niño. Él fue mi norte, yo pasaba revista con él, lo acompañaba al consultorio desde joven”, explicó Juan Carlos Niño, quien, como ya dijimos, tiene un apellido curiosamente redundante.
Y añadió: “así que me puse a estudiar medicina en la Universidad Militar Nueva Granada en 1979, en Bogotá. Luego me especialicé en pediatría y, después, me sub-especialicé en neonatología, para el cuidado de recién nacidos. Fueron 12 años de solo estudios, se come mucho libro”.
Luego de concluir toda su formación profesional, admitió que sintió nostalgia por su amada Ibagué, la ciudad que lo vio nacer, así que decidió regresar en el acto.
“Yo amo Ibagué, por eso al siguiente día de graduarme en Bogotá regresé. Empecé a trabajar en el consultorio de mi papá, en la calle 11, frente a la Clínica Minerva”, recordó.
“Estuve ahí unos 10 años y tiempo después fundé una clínica solo para niños en Interlaken, llamada ‘Ama’. Luego llegué a ‘Surgimédica’, en la calle 60, donde llevo unos 13 años”, dijo.
La vida se le ha ido a Juan Carlos en ese trabajo. Ya son 33 años y el número total de niños atendidos no deja de sorprender.
“En promedio atiendo unos 250 niños al mes. Al año serían 3.000. Llevo 33 años trabajando como pediatra. Eso da unos 99.000 niños”, manifestó.
Esos números, claro, solo pueden explicarse con la pasión que siente por la pediatría.
“Uno tiene que pensar como un niño, ver el mundo como un niño. Si trae un juguete, empezamos a jugar con él, porque es importante que sepa que estoy de su lado. Aquí ese tipo de comunicación con el paciente es muy importante”, mencionó el doctor Niño.
Además, también se suman sus logros salvando vidas, pues evitó el fallecimiento de más de 1.000 bebés que estaban al borde de la muerte.
“He realizado unas 300 reanimaciones exitosas con recién nacidos y he salvado unos 600 niños graves que lograron salir. Además, hay otros casos de bebés, alrededor de 400, cuyo diagnóstico certero evitó su complicación y muerte”, señaló.
También salvó muchas vidas en los años 90, gracias a la gestión que hizo para fundar una UCI pediátrica.
“Fui el pionero en Ibagué al montar la primera Unidad de Cuidado Intensivo para bebés, en la Clínica Tolima. Yo me quedaba a dormir allá toda la semana”, recordó.
Obviamente, como ocurre en la medicina, el doctor Niño también ha vivido historias trágicas, algunas de ellas con final feliz.
“Tuvimos el caso de un niño de cinco años que se paró en una mesa de vidrio para saltar. Llegó a urgencias con una considerable herida abdominal y sus ‘tripitas’ por fuera. Logramos entrarlo a cirugía y salvarle la vida. La mamá me ve como el héroe de la historia”, relató.
Pero eso no es lo único que hace. Manejo de pataletas, rutina del sueño, figuras de autoridad, formación de hábitos, es su campo de acción más frecuente donde hoy trabaja: en Surgimédica de la calle 60, frente a la nueva Clínica Keralty.
“Los adultos a veces abusamos de la figura de la autoridad. Eso de que el mejor psicólogo es la correa está mandado a recoger”, afirmó.
“Dentro de los ciclos de la vida, los niños son muy distintos de los adultos. Primero está la etapa de los tres meses, donde tienen unos órganos muy inmaduros, y son muy diferentes. En la etapa escolar hay otro mundo: los niños están en una fase de crecimiento donde desarrollan sus defensas, su personalidad. Dentro de los cinco y diez años, por ejemplo, es uno de los ciclos donde más salud hay. Rara vez se enferman”, sostuvo.
Por eso, explicó que existe un campo de la medicina que se ocupa solamente del cuidado de los niños y no existe, por ejemplo, uno que se encargue solo de los adultos. Porque los comportamientos de ambos difieren mucho, y si los niños se salen de las manos, los pediatras estarán allí para arrojar algo de luz a las preguntas que parecen no tener respuesta.
Si usted desea agendar una cita con el doctor Niño, puede hacerlo a través del siguiente número fijo: 608 274 9666.
Algunos consejos del doctor Niño:
- De 0 a 6 meses no se puede educar a los bebés. Muchos quieren criarlos con, por ejemplo, horarios estrictos de alimentación. Ahí lo que se debe hacer es alimentar sin horarios rígidos.
- De 6 meses a 2 años sí comienza el ciclo de la educación. A partir de ahí no se pueden hacer, por ejemplo, más de cuatro alimentaciones en 24 horas. Lo mismo ocurre con las rutinas del sueño. Debe dormir en las noches y estar activo durante el día.
- A los 8 meses pueden empezar las pataletas. Si sucede, primero, mantenga la calma y transmita esa calma al niño: abrácelo y conténgalo. Segundo, trate de negociar con el niño y, por ejemplo, dígale que van a jugar en otro lado. Tercero, si no funcionan los puntos 1 y 2, lo dejan encerrado en su cuarto o en un lugar previamente acordado con él durante un minuto, para que se calme.
- No dar más de un tetero a los 15 meses.