Con más de 2.500 clientes, ibaguereños triunfan en París vendiendo tamales tolimenses
La vida suele darnos constantes impulsos, muchos de ellos construyen nuestro camino hacia el futuro. Ese es el caso de Paula Cortés y Ronald Silva, una pareja de ibaguereños a quienes una receta familiar los llevó al éxito comercial en París.
Su historia, como la de muchos otros emprendedores colombianos, parte de un sentimiento: las ganas de salir adelante.
Con la berraquera que les caracteriza, tomaron sus maletas y sus sueños para empacarlos en un avión con destino a París, la tan deseada ciudad del amor, ubicada -exactamente- a 8,724 km de su hogar en Ibagué.
"Nosotros vivimos practicamente toda nuestra vida en Ibagué. Quisimos migrar hacía otro país en busca de oportunidades. Realmente, teníamos varias opciones, pero esta fue la mejor", contó Ronald.
Pese a llegar sin nada en sus manos, en sus mentes tenían algo muy valioso: la receta de los tamales de doña Natividad Lozano de Ramírez, abuela materna de Paula.
"Hacer tamales es una herencia familia. Mi abuela lleva más o menos 30 años vendiendo tamales en su casa en Ibagué. Entonces, desde muy pequeñita aprendí con ella a hacerlos", indicó Paula.
Crear empresa: un concepto bastante aterrador ¿verdad? Pues con miedo, pero con las expectativas en lo alto, Paula y Ronald pusieron en marcha lo que sería su proyecto de vida.
"Fusionando mi formación para hacer empresa con el conocimiento de mi esposa en la parte de atención al cliente como en la preparación de los tamales, decidimos crear una empresa", mencionó Silva.
La planificación, organización y la puesta en marcha, son tres pilares fundamentales que deben funcionar como la parte interna de una máquina, ya que son estos los que hacen que las cosas se ejecuten de forma correcta, tal y como lo hicieron ellos.
"A los ocho meses de llegar acá empezamos en la búsqueda de los ingredientes. Conseguimos un proveedor para cada uno de los productos, porque queremos brindar un alimento de calidad, sin perder la tradición del producto", puntualizaron los esposos.
Y aunque parece utópico conseguir todos y cada uno de los ingredientes que componen un delicioso tamal tolimense, lo lograron, y de qué manera.
"Duramos exactamente un año y dos meses en conseguir cada uno de los productos que se requieren para hacer un tamal de buena calidad", señaló el Ingeniero.
Y agregó: "comenzamos con miedo porque no nos conocía nadie. Antes vivíamos con personas que tienen culturas totalmente diferentes, entonces darles a probar un producto colombiano fue una tarea que nos atemorizaba".
¿Lo ven? Hasta quienes están en lo alto del éxito comercial tuvieron miedo de iniciar. Sin embargo, ese temor fue menor a sus ganas de luchar.
"Todo el proceso de los tamales lo iniciamos juntos, tanto la compra de los ingredientes como la preparación y la entrega. Cada una de las etapas la hacemos juntos", indicó ella.
Su meta con los tamales era llegar a escuchar un: "Oh là là", una expresión utilizada por los franceses para indicar que algo está verdaderamente bueno, y lo consiguieron.
"A la gente le ha gustado mucho el producto. Todos los ingredientes y absolutamente todo les ha fascinado", dijo Paula.
A lo que Ronald añadió: "París es una metrópolis con una diversidad cultural gigante. Entonces, nos ha ido muy bien y, a raíz de nuestros tamales, se han interesado más por la cultura colombiana".
La clave de su éxito ha radicado en vender una experiencia más allá de un simple alimento, pues con este han logrado que los colombianos que se encuentran en Francia puedan tener consigo un pedacito de su tierra.
"Lo más gratificante es sentir a Colombia en la distancia, cuesta muchísimo el no tener a la familia cerca", manifestó el joven.
De hecho, lograron que algunos parisinos combinaran ambas culturas: la tolimense y la francesa ¿cómo lo hicieron? Aquí se los cuentan.
"Unos clientes franceses tomando vino tinto francés con tamal tolimense. La verdad nunca se nos hubiera ocurrido esa diversidad cultural, pero ahora son amantes del tamal y ya conocen Colombia gracias a esa semillita que les dejamos", mencionaron.
Con más de 2.500 clientes, divididos entre 50 % colombianos y 50 % del resto del mundo, esperan seguir creciendo y llegando a todo Europa, para así poder generar empleos directos.
"Tenemos un gran amor por la cocina, a tal punto que estudiaré para ser chef profesional. Actualmente, tenemos un par de personas que nos ayudan en las entregas. Queremos seguir creciendo para generar empleos", señaló Ronald.
"Es muy gratificante cambiar la imagen de Colombia de que solo hay narcos, no, los colombianos somos gente trabajadora, honesta y echada para adelante", concluyó.
Si desea conocer más sobre la historia y el proceso que llevan los esposos para continuar su crecimiento como emprendedores, puede encontrarlos en instagram en el siguiente enlace.