Así lucía el parque Centenario en los años 70
Era un domingo de 1979 cuando Floriberto Cardona, nacido en el corregimiento de San Juan de la China, congeló con su cámara una serie de fotografías que pasarían a la historia 40 años más tarde.
El parque Centenario de Ibagué era el espacio ideal para pasar una tarde. O al menos así lo sintió Cardona cuando pisó su suelo por primera vez en 1967.
"Conocí el parque Centenario en 1967 cuando llegué a la ciudad de Ibagué, y como estudiaba en la escuela Diego Falan de Belén, entonces nos llevaban allá a trotar", narró con emoción.
"Siempre fue un lugar ideal para trotar, caminar, para recorrer. El parque Centenario era un sitio obligado para uno de estudiante, desde ese año", añadió.
Fue así como Floriberto grabó en su mente cada rincón, cada curva y cada recta de este lugar. Tanto así que, 12 años después volvió, pero esta vez no como deportista, sino como fotógrafo.
"Un profesor de la Universidad del Tolima, llamado Jesús Antonio Jordán, en ese momento se había quedado sin trabajo, porque se había cerrado la Facultad de Bellas Artes. Entonces, vi que él había colocado un aviso de un taller en la entrada del Teatro Tolima", dijo.
Con su cámara Kodak 56X se dirigió un sábado a tomar su primera clase de fotografía, sin esperar lo que sucedería a continuación.
"Cuando me presenté con mi cámara se rieron los otros compañeros, porque dijeron que para hacer esas prácticas se necesitaba de una cámara, al menos, de 35 milímetros. De ahí me compré mi primera cámara que fue una Rolleiflex SL 35", expresó con gracia.
En una práctica dominical, como era de costumbre, salieron a retratar la cotidianidad del parque Centenario, fotografías que serían reveladas 40 años después.
"En una tarde salimos a hacer una práctica y yo salí a hacer esas fotografías. Las tomé con una cámara Yashica de lente fijo, que me prestó una amiga, y yo mismo revelé del negativo, el cual había permanecido guardado todo este tiempo", puntualizó.
Un baúl lleno de recuerdos inmortalizados: eso significan las 11 imágenes que este apasionado por la fotografía compartió a través de sus redes sociales.
"Es una emoción encontrarse con las imágenes antiguas. En ese momento de práctica tomé muchas fotografías. Saber que hice muchos registros, y que esos registros ahora los puedo mostrar y compartir en una red social, me llena de emoción", concluyó.
*Lo importante es ver aquello que resulta invisible para los demás.