'Amiga Ludy', así conocen a la ibaguereña que trabaja como estilista hace 40 años
Conocida en el barrio como "la amiga Ludy", Ludy Estela Reyes es una mujer ibaguereña que desde hace 40 años trabaja como estilista en la capital tolimense.
A sus 58 años, ella es mucho más que una peluquera, se ha convertido en consejera y amiga de quienes visitan su salón.
Desde muy joven, su pasión por el estilismo la llevó a formarse en la academia Betty Chic, donde marcó el inicio de un oficio que con orgullo y amor sigue ejerciendo hasta el día de hoy.
"Después de tantos años en el mismo sector, mis clientas ya no son solo clientas, sino amigas. Aquí vienen a compartir sus historias, buscan un consejo o simplemente quieren ser escuchadas. Uno pasa de ser estilista a convertirse casi en una psicóloga", expresó.
Cada día, "la amiga Ludy" comienza su jornada a las 5:00 de la mañana, organizando su hogar y preparando el almuerzo para su esposo. A las 9:00, abre las puertas de su salón, ubicado en la avenida Ambalá #28-28 barrio La Granja, donde trabaja hasta las 6:00 de la tarde.
Sin embargo, en temporada alta y fechas especiales como el Día de la Madre, su horario se extiende hasta altas horas de la noche, llegando a cerrar el salón alrededor de las 11:00 de la noche.
"Yo pienso que uno desde que le ponga el amor a cada cosa que hace es maravilloso. Me actualizo todos los años, y no solamente todos los años, sino que prácticamente cada mes estoy asistiendo a seminarios para prepararme en todo lo que llega nuevo y de moda", manifestó.
Asimismo, cuando los clientes no pueden venir hasta el local por cuestiones de salud o de movilidad reducida, Ludy también ofrece servicios a domicilio.
"He atendido a personas con alguna condición especial que tienen, algunos que no tienen mucha movilidad, no pueden venir hasta el salón, entonces acudo a sus casas para hacerles el domicilio: a los hombres su corte de cabello, su corte de uñas, y a las señoras el tinte, corte de cabello y arreglito de uñas también" señaló.
De igual manera, con la sonrisa que siempre la caracteriza, recuerda sus primeros días en el negocio, cuando conseguir clientas era todo un reto, y cómo hoy, después de 40 años de trayectoria, sigue trabajando con la misma pasión que al principio.
"Lo más gratificante es cuando uno empieza a darse cuenta que esa primera persona que llegó a su salón empieza a correr la voz y empieza la gente a llegar. Eso es lo más gratificante. A mí todo me gusta, no hay nada que me disguste de mi profesión. Adoro lo que hago", dijo.
Finalmente, Ludy aseguró que, a pesar de las largas jornadas y la carga laboral, cuando se trabaja con amor, el cansancio no pesa. Al contrario, para ella la dedicación y pasión hacen que cada esfuerzo valga la pena.
"Cualquier trabajo que uno tome lo haga siempre con amor, y jamás se irá a cansar de él, porque yo pienso que eso lo hago por amor y por más trabajo y más saturado que esté uno, no se va a sentir cansado, porque lo está haciendo con mucho amor", concluyó.