En Ibagué hay más de 600 venezolanos ilegales

Erika Guerrero de 34 años llegó hace dos meses a Ibagué proveniente del estado de Zulia en Venezuela. Dejó a sus 3 hijos pequeños en el vecino país con la ilusión de mejorar sus condiciones económicas y ganar en pesos colombianos para enviarle dinero a su familia. Llegó a la capital del Tolima a ejercer su trabajo de manicurista en uno de los tantos salones de belleza que existen en la ciudad. Le ha ido muy bien y quiere quedarse.

Ronald Sojo, otro venezolano de 37 años también arribó solo a esta capital el año pasado. Dice que Ibagué le ha dado la oportunidad de mejorar su calidad de vida y trabajar dignamente como tatuador y barbero. Aspira traer a su esposa y 2 hijos en los próximos meses para radicarse del todo en estas tierras.

Como ellos, hay cientos de venezolanos que han migrado paulatinamente a Ibagué en los últimos meses a raíz de la grave crisis económica, social y política que atraviesa el vecino país.

De acuerdo con Migración Colombia, en la capital del departamento del Tolima el censo de población venezolana está estimado de la siguiente manera: 56 residentes, 96 temporales, 147 con permiso especial de permanencia y 178 en proceso de nacionalización.

Sin embargo, para nadie es un secreto que la cifra de venezolanos que habitan de manera informal es mayor. Según la autoridad de control en Ibagué hay 611 venezolanos ilegales. Muchos de ellos ingresaron sin documentación al país o se les vencieron los 180 días que otorga el Gobierno para desarrollar actividades turísticas en territorio colombiano.

La mayoría de estas personas trabajan en el mercado informal. Como Erika y Ronald, los extranjeros son empleados en peluquerías, panaderías, restaurantes y hasta en la calle vendiendo dulces, limpiando parabrisas y rebuscándose en lo que salga. En algunos casos, los empleadores se aprovechan de la condición de ilegalidad de los foráneos para fijarles tarifas de empleo que están por debajo de las mínimas establecidas.

Pero más allá de la diferencia de cifras, existen un sin numero de motivos para que los foráneos no se acerquen a entidades como Migración Colombia a ponerse al día con sus papeles. Uno de ellos es la sanción económica, que generalmente se impone por el vencimiento de la estadía. Las multas van entre 1 a 7 salarios mínimos, dinero que para un venezolano en estas condiciones está fuera de su alcance por cuenta de la devaluación de su moneda.

Pero en las estadísticas también existen migrantes venezolanos que ingresaron al país en los años 2012 al 2015 con capacidad económica suficiente para aplicar a un visado y por consiguiente se desempeñan laboralmente de manera regular, según Migración Colombia.

No obstante, en los últimos años las familias colombo-venezolanas, que han ingresado de manera irregular son personas de escasos recursos económicos.

El personero de Ibagué, Juan Felipe Arbeláez, coincide con estas cifras. Según el funcionario hay 600 venezolanos de los cuales 200 ya tienen prácticamente toda la documentación en regla.

A su despacho llegaron hasta el 31 de diciembre de 2017 apenas 67 venezolanos solicitando asesoría para solucionar su ilegalidad. La mayoría de estos acudieron a pedir refugio, visa de cónyuge TP10 y  atención en salud a través del Sisbén.

“Estamos ayudándole a los venezolanos a conseguir permisos temporales para que puedan trabajar con el fin de que la informalidad no prime, porque si el Ministerio de Trabajo lo ve laborando en una empresa legal cierra el establecimiento.”, precisó Arbeláez.

Venezolanos por el Tolima  

EL OLFATO conoció el numero de venezolanos presentes en 14 municipios del Tolima. La lista la encabeza Ibagué con 293, le sigue Mariquita con 72 y el Líbano con 65.  

Esta es la lista completa:

Ibagué - 293

Líbano - 65

Honda - 17

Mariquita - 72

Venadillo - 5

Santa Isabel - 4

Rovira - 5

Coello - 6

Espinal - 25

Melgar - 45

Planadas - 32

Natagaima - 18

Armero Guayabal - 13

Chaparral – 12

Fuente: Migración Colombia hasta el 31 de diciembre de 2017

Según expertos las cifras de venezolanos ilegales seguirá aumentando en todo el país, lo cierto es que la mayoría de ellos encuentra en Ibagué una ciudad con puertas abiertas para progresar, gente amable y oportunidades. Por lo menos los que logramos entrevistar no se quieren ir.