El 19 % de los colombianos serían adictos a los juegos de azar
La muestra no aleatoria, conformada por 5.858 estudiantes de carreras técnicas y universitarias, es la primera que recopila datos de las 32 capitales departamentales del país.
Según los resultados, más del 19 % de las personas tendrían graves problemas de adicción a los juegos de azar, y el 13,7 % algún riesgo, mientras se podría afirmar que, a mayor grado de pobreza, mayor es la probabilidad de desarrollar un apego desmedido a esta actividad.
“La necesidad económica lleva a las personas a recurrir a juegos de azar en procura de un beneficio económico”, explica el profesor José Ignacio Ruiz Pérez, del departamento de psicología de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), quien estuvo a cargo del estudio.
“El objetivo inicial era cubrir una población joven, no solo universitaria, sino que estudiaran carreras técnicas, debido a que en Colombia el porcentaje de acceso a la educación superior no es muy alto”, sostuvo el docente.
Dicha situación explica que el rango de edades abarque desde los 13 hasta los 60 años, aunque los que se encuentran ente 19 y 25 años equivalen a cerca del 67 % de la muestra.
Pese a que el docente advierte que el estudio no es representativo de todo el país, sí llama la atención el hecho de que sus resultados son muy similares a los de encuestas realizadas en otros países.
En tal sentido, explica que la medición contempla tres tipos de resultados para igual número de preguntas sobre la afición al juego, con puntajes que van de cero, si no se evidencian problemas; dos cuando existe algún tipo de riesgo, y tres-cuatro equivalentes a comportamientos que se puedan considerar patológicos.
Los hombres apuestan más
También se destaca que el riesgo de desarrollar alguna adicción por el juego es mayor entre la población masculina, con proporciones que pueden llegar a ser hasta tres y cuatro veces mayor que en las mujeres, según estudios realizados en diferentes países.
“Los hombres, en particular aquellos con tendencia a ser más impulsivos, tendrían más riesgo de convertirse en adictos”, precisa el profesor Ruiz. Sin embargo, puede haber otros factores, menos estudiados hasta el momento, que expliquen por qué hay menos mujeres adictas al juego.
De igual manera llama la atención que la tasa de adicción resulta más alta tanto en los jóvenes con edades entre los 15 y los 18 años, como entre quienes tienen un bajo nivel educativo.
Ludópatas sin control
El comportamiento de una persona adicta a los juegos de azar, o ludópata, le impide dejar de jugar así esté ganando, y en caso de perder, su impulso la lleva a querer recuperar su inversión sin tomar ninguna precaución.
“Para un ludópata el juego se convierte en el centro de su vida, y supeditan sus demás actividades a las apuestas, al punto de abandonar sus responsabilidades personales, familiares y laborales”, sostuvo.
También es frecuente que destinen cada vez más recursos económicos al juego y, a diferencia de los jugadores no adictos, no se fijan un límite en la cantidad de dinero que apuestan a diario.
Los ludópatas suelen presentar creencias erróneas sobre las probabilidades de ganar y perder. Por ejemplo, confían en su capacidad de controlar el resultado del juego, a partir del uso de talismanes y con la celebración de rituales. Por otro lado, es frecuente que traten como personas a las máquinas en las que apuestan, llegando, por ejemplo, a recriminarlas porque no les arrojan el premio.
Debido a que apostar en este tipo de juegos abre la posibilidad de desarrollar una adicción, se recomienda evitar su acceso a los menores de edad, concluye el docente.
Fuente: Unimedios.