Recientemente un colega, con quien comparto el cubrimiento de las prácticas del Deportivo Cali, me preguntó qué pensaba sobre la presencia de exjugadores y extécnicos en los medios de comunicación comentando fútbol. Mi respuesta fue contundente: “Le están quitando el puesto a un periodista o comunicador, cosa que nosotros no hacemos”. La verdad es que no me quise quedar solo en la respuesta a mi interlocutor de esa mañana y hoy quiero ser arrogante con los ex del fútbol.
Arrogante sí, como muchos de ellos fueron en varias oportunidades con nosotros cuando pretendimos alguna nota o entrevista pre o pos partido, cuando aún estaban activos. ¿Quién de nosotros no sufrió la arrogancia e indiferencia cuando llegamos a una concentración, a un entrenamiento o una rueda de prensa y requerimos de un jugador, técnico, asistente o preparador físico? ¿Cuántas veces simularon estar hablando por celular para seguir de largo en medio nuestro sin atendernos? Otras veces se hicieron los guapos y no hablaron porque estaban rabiosos por una crítica. Hemos vivido muchas facetas negativas, sin embargo, una y otra vez los buscamos porque debemos cumplirle con las noticias y novedades de sus equipos a los oyentes, a los televidentes o a los lectores.
Recuerdo al jugador lanzador de frases en contra del periodista cuando llegamos en busca de la entrevista. Al técnico que contesta de mala gana cuando se le cuestiona sobre los malos resultados. Al jugador que propone vetos a la prensa porque se les critica su mal desempeño. Al técnico que cita a la prensa a una hora determinada y hace el entrenamiento en horario diferente, al cuerpo técnico que da orden de no dejar entrar a la prensa a cubrir la práctica y luego dice que fue decisión de los directivos; en fin hay tanto ejemplos. Claro que muchos jugadores y técnicos olvidan que los HP, no necesariamente Honorables Periodistas, somos los que volvemos visibles ante la hinchada y la sociedad en general, su existencia y su logros en el futbol.
¿Y saben por qué quiero ser arrogante? Porque gracias a Dios nuestra profesión, como muchas otras permanece con nosotros hasta la muerte, es decir no seremos ex. El médico, el abogado, el odontólogo, siempre lo serán. Terminamos nuestros contratos con una empresa y seguimos siendo el periodista fulano de tal. Nuestra profesión no termina a los 10 o 12 años, como los futbolistas y técnicos que pasan a ser ex.
Lamentablemente hoy día, para los ex, la única manera de mantenerse vigentes, es “aterrizando”, con la complicidad de algunos empresarios, en los medios de comunicación. Por eso están especialmente en la televisión fungiendo de presentadores, comentaristas o periodistas. Se resisten a dejar el mundo del fútbol y terminan haciendo lo que tanto repudiaban cuando eran jugadores o técnicos. Manejan la crítica superficial sin comprometerse y simplemente aprovechándose de la imagen, en muchos casos de ídolos falsos, que nosotros mismo les ayudamos a construir.
Hasta el fin de mi existencia seré comunicador social, seré periodista, seré comentarista, presentador como me quieran llamar. Lo soy por vocación, por pasión y además porque me capacité para ello. Y estoy en los medios sin miedo de perder vigencia, en cambio, los ex, si tienen ese miedo. Disculpen mi arrogancia.
*Periodista deportivo del Tolima - Director de Deportes de Caracol Radio en Cali