Creatividad y gestión, el secreto del tranvía de Medellín que Ibagué debería seguir
En Medellín acaban de inaugurar lo que han llamado “el primer sistema de tranvía moderno de Latinoamérica”. Desde el pasado 20 de octubre, ruedan a lo largo de cuatro kilómetros del centro de Medellín 12 coches impulsados con energía eléctrica que transportan unos 90.000 pasajeros al día.
Este ambicioso proyecto fue posible gracias a la creatividad, la ayuda internacional, la continuidad de los gobiernos y un Concejo crítico que supo defender la idea.
Esto no pasa en Ibagué, donde proyectos como el acueducto alterno se pueden demorar hasta 18 años o un sistema estratégico de transporte, que cuesta casi la mitad del tranvía de Medellín, tampoco fue posible en los gobiernos de Jesús María Botero y Luis H. Rodríguez. (Ver: Por falta de liderazgo, el sistema estratégico de transporte le quedó al próximo Alcalde)
Para los paisas, construir el nuevo tranvía no fue una odisea mayor. Las claves para sacar adelante el proyecto puede seguirlas cualquier ciudad que en verdad tenga interés en hacer lo que se propone para resolver las necesidades de la gente.
1. Persistir en la idea
El tranvía de Medellín se demoró apenas nueve años, desde cuando surgió la idea de construirlo hasta su inauguración.
En el 2006, cuando el caos vehicular ya se hacía insoportable en el centro de Medellín, se pensó en el tranvía para reemplazar a los buses y los carros que congestionaban las vías.
En el 2008, el proyecto fue incluido en el Plan de Desarrollo Metropolitano y ese mismo año, el entonces alcalde de Medellín, Alonso Salazar, le dio prioridad en su Plan de Desarrollo. El Concejo de Medellín aprobó el proyecto y se hicieron los estudios técnicos.
En el 2011, el Departamento Nacional de Planeación y los ministerios de Transporte y de Hacienda aprobaron el proyecto.
En el 2013, empezaron las obras, durante la administración de Aníbal Gaviria.
En el 2015, el tranvía quedó construido y empezó a rodar por el centro de Medellín.
2. Gestión de recursos
Lo que hicieron los paisas no fue más que gestión. Un proyecto como el tranvía se encaja dentro de los proyectos que le interesa financiar al gobierno Francés por medio de la Agencia Francesa de Desarrollo.
Ellos quieren promover inversiones que ayuden a disminuir las emisiones de carbono, para que el aire esté más limpio, y que promuevan la equidad para quienes viven en las ciudades de los países emergentes, como Colombia.
Medellín presentó el proyecto como una idea que sirve para reducir casi 7.000 toneladas de carbono al año y para el transporte de personas que viven en la periferia de la ciudad. Con esto argumentó que el tranvía es necesario para limpiar el aire y para acercar al centro de la ciudad a las personas de escasos recursos y de zonas apartadas. El gobierno francés lo apoyó de inmediato.
La Agencia Francesa de Desarrollo le prestó al Municipio de Medellín 250 millones de dólares para construir el tranvía y dos sistemas de transporte por cable. El crédito tiene un plazo de 20 años, con cinco de gracia para el inicio de los pagos.
3. Costos razonables
Los diseños del tranvía que aprobó el gobierno nacional costaron 16.000 millones de pesos, casi lo mismo que invirtió Ibagué en los estudios para los escenarios de los Juegos Deportivos Nacionales. Los ibaguereños pagaron $11.500 millones por estos diseños a la firma española Typsa.
El costo total del tranvía fue de $700 mil millones, que se cubrieron con el préstamo de la Agencia Francesa de Desarrollo. Oswaldo Mestre, secretario de Hacienda de Ibagué, dijo que el sistema estratégico de trasporte de Ibagué cuesta más de $300 mil millones, y apenas consiste reorganziar y suprimir algunas rutas de buses, y delegar la operación en una sola empresa. (Ver: Cambio de rutas, un viejo cuento que cumple 10 años y nada)
4. Continuidad de los gobiernos
En el 2006, cuando se empezó a hablar del tranvía en Medellín, el alcalde era Sergio Fajardo. Su sucesor, Alonso Salazar, retomó la idea, la incluyó en su Plan de Desarrollo y gestionó los recursos. El siguiente alcalde fue Aníbal Gaviria y él puso en marcha las obras hasta dejar el tranvía rodando por el centro de Medellín.