Armero, Camposanto solo de palabra
Después de la tragedia de Armero el 13 de noviembre de 1985, exactamente hace 34 años, cuando una erupción del volcán Nevado del Ruiz acabó la vida de más de 23.000 personas, muchos actos para honrar a los que perecieron allí llevaron a este municipio al norte del Tolima a ser llamado Camposanto.
Ninguno de los sobrevivientes construyó sobre las ruinas que quedaron de esta población.
Además, el 6 de julio de 1986 el papa Juan Pablo II llegó a Colombia principalmente para visitar esta zona, en la que los armeritas habían ubicado una gigantesca cruz de cemento (que aún se mantiene en pie), para orar y pedir por las víctimas que dejó esta catástrofe natural.
Asimismo, los medios de comunicación de todo el mundo ya poco lo llamaban Armero y sí Camposanto.
Un nombre que se mantiene 33 años después, ya que este pueblo nunca más fue habitado, no solo por las pérdidas materiales que aún no se dimensionan, sino porque la mayoría de los cuerpos de aquellos que fallecieron en esa madrugada no fueron encontrados.
Sin embargo, en términos legales, Armero aún no es Camposanto y en cualquier momento los sobrevivientes y propietarios de los predios abandonados a la fecha podrían regresar, reconstruir o vender.
De hecho, ya varios damnificados han denunciado que el desaparecido Armero está siendo utilizado por ganaderos de la zona e, incluso, las autoridades encontraron a una persona que construyó viveros en la zona. “Los predios del antiguo casco urbano de Armero, conocido como las ruinas de Armero, todavía les pertenecen a sus respectivos propietarios (…) No se definió la parte legal y jurídica de esos terrenos, si era Camposanto, porque si lo fuera hace rato el Gobierno Nacional y el mismo ente territorial hubiesen podido tomar cartas en el asunto”, explica el alcalde de Armero Guayabal, Carlos Alfonso Escobar Peña.
Según indica el mandatario, todas las administraciones -desde el año 1986- no han podido llevar a cabo el proyecto con el que buscan construir el parque temático Jardín a la Vida, en honor a las miles de víctimas y sobrevivientes de la avalancha.
El objetivo es convertir las ruinas de Armero en un destino turístico, histórico y religioso en el que los visitantes puedan encontrar un centro de memoria histórica para nunca olvidar lo que allí sucedió y para que todas las generaciones puedan saber lo que sucedió esa madrugada del 13 noviembre en la que solo sobrevivió la cuarta parte de los pobladores de este municipio.
De igual manera, se espera que cuente con una sala interactiva donde se escucharán las historias de los armeritas sobrevivientes, así como un aula del Servicio Geológico Colombiano donde revivirán el monitoreo cuando sucedió la tragedia y mostrarán los equipos tecnológicos con los que hoy hacen seguimiento a los movimientos del Nevado del Ruiz, entre otras construcciones.
No obstante, después de 33 años, el Gobierno Nacional, encabezado por el Departamento Administrativo de la Presidencia y el Ministerio de Hacienda, no han hecho los procesos correspondientes para adquirir alrededor de 4.400 predios, aun cuando este proyecto ya había sido habilitado por un Conpes en el que se establecieron ciertas estrategias para rendir honor a esta desaparecida ciudad. “Yo he hecho un llamado al Gobierno Nacional para que mire la Ley de Honores Armero, la 1632, y se le adjudique recursos a ese Conpes y que de una vez por todas le aclare a los sobrevivientes qué pasará con esos terrenos, si los van a comprar o los van a nacionalizar para poder trabajar en este proyecto”, manifiesta Escobar Peña.
Añade que para las épocas de vacaciones ingresan hasta 500 automóviles diarios de personas que en algunas ocasiones no comprenden la dimensión de este lugar para los armeritas e incurren en actos indebidos, como sucede los 31 de octubre. Al parecer se practica brujería y satanismo, en un lugar sagrado para las familias de los más de 23.000 fallecidos.
Y hasta que el Gobierno Nacional no solucione esta problemática, ninguna administración de Armero Guayabal podrá hacer mucho, más allá de limpiar los lotes, las aperturas de las vías, principalmente cuando se acerca la conmemoración de un nuevo año de la catástrofe.
“La administración municipal solo tiene gerencia en los sitios públicos como los parques, la cárcel, donde funcionaba Bomberos, la Policía… Bueno, lo que nosotros también hemos hecho es que desde 2016 colocamos el alumbrado público sobre la carrera 18, o la Panamericana que conocemos hoy, porque anteriormente le daba a todo el mundo temor pasar a altas horas de la noche por Armero, hoy la gente pasa más tranquila, con mayor iluminación”, puntualiza el Alcalde de Armero Guayabal.
Ante esto, se espera que en poco tiempo el Estado se apropie legalmente de estos terrenos para llevar a cabo el centro de memoria histórica y los otros espacios donde se recordarán a aquellos que fallecieron en la peor catástrofe natural de Colombia.
Conmemoración de los 33 años de la tragedia
Durante todo el fin de semana se hicieron diferentes actividades para conmemorar los 33 años de la tragedia de Armero.
Para este martes se tiene preparado un espacio para escuchar los testimonios de los sobrevivientes (8:00 de la mañana), una intervención de la banda sinfónica de Quipile, Cundinamarca (9:00 de la mañana), la eucaristía principal, la cual estará oficiada por Monseñor Luis Henao (10:30 de la mañana), una lluvia de flores sobre Armero (11:30 de la mañana), así como un recorrido turístico religioso por las ruinas de esta desaparecida ciudad (11:45 de la mañana).